El entorno laportista y las propias estructuras del club han dado peligrosas muestras de estar al borde del colapso por algo tan infantil como una información sobre la masa salarial de los futbolistas mejor pagados del primer equipo. Ridículo también, sorprendente y puede que hasta sospechoso. Si cada vez que un medio de comunicación ha barajado cifras sobre lo que cobran los futbolistas el club tuviera que activar todos sus recursos mediáticos y de comunicación, salir a desmentirlo y organizar una teatral exhibición de indignación y de malestar, probablemente ese esfuerzo centraría y agotaría a varios de los principales departamentos del club dejándolo sin fuelle.
Se ha producido, en cambio, una reacción desproporcionada e injustificada a una información del periodista Lluís Canut (foto) sobre los salarios más altos de la plantilla, con cifras sobre las que se ha especulado a menudo en numerosos medios, programas y artículos, según la cual Gerard Piqué, con 28 millones de ingresos, lidera el ranking de los profesionales mejor pagados, seguido de Sergio Busquets con 23 millones y Jordi Alba con 20 millones. Tras este podio vendrían Umtiti (20), Coutinho (16), Ter Stegen (14), Dembélé (12) y Sergi Roberto (12).
En sí misma no supondría una proeza periodística, más allá de haber ordenado y confirmado a través de sus fuentes las muchas informaciones que van surgiendo alrededor del primer equipo, especialmente desde que, como consecuencia de la pandemia, se puso el foco en la masa salarial de las vacas sagradas y en el hecho de que, algunos, habían aceptado alguna rebaja para aliviar la tesorería del club. En su conjunto, la información ofreció una perspectiva bastante afinada sobre lo que se ha estado apuntando en los medios los últimos años, una vez que causó baja Leo Messi, cuya ficha en bruto era de 135 millones anules. También trascendieron en su día las cifras reales de Griezmman, que sirvieron para desmontar los bulos periodísticos recurrentes sobre sus ingresos, que se inflaron a los 50 millones anuales cuando en realidad, de media, cobró 23,2 millones brutos.
Como a la Laporta le convenían las especulaciones sobre la generosidad y los excesos de Bartomeu, el club nunca salió a aclarar las cosas, ni en el caso del francés ni tampoco en ningún otro caso, como sí ha hecho ahora en un comunicado agresivo y furioso como si realmente la información hubiera pinchado en hueso. Aludiendo a Lluís Canut, la nota alegó, primeramente, que la información no había sido suministrada por el club, para luego afirmar que las cifras son “erróneas, no se ajustan a la realidad y, además, en el caso de los tres primeros jugadores aludidos, da como fijas cantidades que, siendo variables, posiblemente nunca se llegarán a meritar”.
Un matiz que contradice el propio desmentido, del mismo modo que resulta del todo confuso el párrafo de la nota en el que afirma lo siguiente. “Es falso que los jugadores aludidos sólo hayan diferido el 100% de su salario. Los Sres. Piqué, Busquets y Alba renunciaron a parte de su sueldo cuando firmaron la última renovación contractual el pasado verano”.
Y finaliza con un brindis al sol, absolutamente innecesario: “Consideramos improcedente, poco profesional y que se ha actuado con mala fe cuando se ofrece esta información como cierta y veraz y lamentamos que se faciliten datos de este tipo que afectan al derecho personal de los jugadores y que merecen, cuando son ciertos, la más alta confidencialidad”.
En realidad, la intervención televisiva de Lluís Canut también entró a analizar las enormes ganas del presidente Joan Laporta de volver a trabajar con Mino Raiola, el agente de Haaland, que piensa exigir unos 60 millones de comisiones para él y para el padre del futbolista a cualquier club que lo pretenda fichar. Canut reveló y recordó las cifras de la operación Ibrahimovic en su día, con unas primas añadidas escandalosas para su agente, generosamente firmadas por el entonces presidente Joan Laporta. Ese fue al parecer el comentario que acabó irritando al presidente y a su entorno, razón por la que se desató una tormenta mediática sin precedentes.
El arrebato no se quedó ahí, el club envió un requerimiento a TV3 de condena, desacuerdo y exigencia de una reparación en términos satisfactorios para una directiva que desde luego ha sobredimensionado el incidente, reflejo de un estado de nerviosismo indisimulable a causa de los contratiempos propios de una gestión descontrolada.
Ni Xavi está siendo esa solución mágica prevista ni actuaciones como el fichaje de Ferran Torres, imposible de inscribir por el momento, mejoran la imagen de esta directiva.
Un caso flagrante y grave de intento de coacción y represión contra la libertad de información en el que ha participado formalmente la propia directiva, el aparato paralelo de comunicación y el propio Gerard Piqué, desmadrado y mucho más activo en las redes que con el equipo.
Inmediatamente, Xavier Sala-Martín, Jordi Finestres, influencers y cuentas afines a la junta directiva actual, además de la excitada reacción del propio club, dispararon contra Lluís Canut con una ferocidad y agresividad desconocidas y visiblemente teledirigidas, intentando forzar que la propia TV3 tomase cartas en el asunto en contra de un periodista al que la ‘gestapo’ barcelonista tiene en su punto de mira.
Lluís Canut fue particularmente crítico con la permanente erosión y persecución de la que fue objeto Ronald Koeman internamente desde la propia directiva, el entorno del presidente y el aparato mediático dominado por la junta hasta convertir su continuidad en misión imposible. Las buenas fuentes y argumentos de Lluís Canut irritaron al núcleo duro del poder laportista, que si por algo destaca es por su intolerancia a la crítica, su totalitarismo y alergia a cualquier opinión discrepante.
Para acabar de convertirse en el periodista más perseguido ahora mismo por el aparato oficial del club, Canut se las tuvo con Enric Masip, de quien desveló, cuando mandaba Núñez, una lealtad y admiración idéntica a la profesada por Laporta pero no así hacia Sandro Rosell, que discutió su cargo y retribución en el entorno del equipo de balonmano hasta que finalmente llegó a un acuerdo para la rescisión indemnizada de su contrato.
A Masip no le agradó tampoco que quedara descubierto y expuesto su verdadero espíritu de mercenario y se volvió agresivo y mentiroso en contra del periodista.
En este sentido, el valor y el reconocimiento de su rol como el ‘pistolero’ de twitter preferido de Laporta empieza a tener competencia en Gerard Piqué, que saltó al ruedo con muchas ganas de alborotar el patio : “Personajes como este cobrando de una televisión pública para defender a sus amigos. Aquí tienes el 50% de mi nómina cobrada a 30 de diciembre. Respétate un poco”, escribió, adjuntando una captura de un ingreso de nómina por un importe de 2,3 millones, queriendo desmentir que para esta temporada 2021-22 tenga previsto cobrar esos 28 millones apuntados por Lluís Canut.
El revuelo armado por esa exhibición de Gerard Piqué ha dado pie a una situación extraña en la que, paradójicamente, el propio futbolista parece no tener el menor problema en que se conozca fidedignamente su nómina real y sus pactos y contratos con el FC Barcelona. Hace algún tiempo, llevado por ese carácter suyo, irreflexivo y un poco bocazas, llegó a afirmar en el espacio La Resistencia de Movistar que «en patrimonio tengo más que el presupuesto del Espanyol este año. No, no es 57 millones, es mucho más».
La provocación no suele ser el mejor aliado en estos casos, de ahí que en estas horas posteriores hayan empezado a circular nuevos datos sobre lo que realmente cobra el defensa azulgrana una vez abierta esa veda por él mismo. Y las primeras informaciones sugieren que los 28 millones apuntados por el periodista podrían ser ciertos y hasta irse a una cifra superior. ¿Por qué tanto interés en desmentir una certidumbre?
