Laporta ya ha superado los peores registros del Manifiesto del Voto de Censura

La campaña de Cor Blaugrana contra Bartomeu estaba perfectamente planificada y utilizó poderosas y artificiales redes sociales

Marc Duch

Con la perspectiva que ofrece el tiempo, no es de extrañar que los socios tan activos, beligerantes y con tanto apoyo del aparato soberanista que promovieron el Voto de Censura contra Josep Maria Bartomeu en 2020 se hayan escondido -seguramente por vergüenza- o bien se hayan arrimado de alguna manera a las ascuas laportistas para recoger alguna prebenda o pequeño negocio a cambio de los servicios prestados en su momento, principalmente con el objetivo de despejar el camino de regreso a la presidencia de Joan Laporta.

El manifiesto sobre el que se edificó el voto de censura parece hoy una broma de mal gusto, empezando por la primera y tan alarmante alusión a la condena fiscal del club en el caso Neymar, episodio que si se hiciera una encuesta entre los socios el 99% no sabría de qué le están hablando. Sobre Neymar, cuyo fichaje, renovación y fuga se había utilizado sistemáticamente en contra de Rosell y de Bartomeu, lo primero que hizo Laporta fue quitarle de encima los pleitos interpuestos por el club, o sea perdonarle un buen dinero, con tal de complacer a ese entorno israelí, al que pertenece el propio Laporta, que participó en la operación con el PSG.

También aludían a los montajes financieros en las operaciones de Neto y Pjanic (de aproximadamente 35 millones de saldo), una ridiculez comparada con las devaluaciones y provisiones inventadas por la nueva junta de 262 millones en una sola temporada.

Según los promotores del voto de censura contra la junta de Bartomeu, en el curso 2018-2019 el club había aumentado su deuda en un 53%, sobrepasando la barrera de los 1.000 millones de euros. La deuda se habría incrementado +110% en dos años. Sin embargo, el equipo financiero de Laporta, con Ferran Reverter (CEO) y Eduard Romeu (vicepresidente económico) ha cifrado la deuda neta del club en 558 millones.

Lo que sí ha hecho la nueva junta es solicitar un préstamo de 590 millones para reestructurar la presión de la deuda a corto y 1.500 millones para el Espai Barça. ‘Més que una Moció’ acusaba a la directiva de Bartomeu con el siguiente argumento: “Nos está situando en unos ratings económicos que hacen peligrar nuestra naturaleza asociativa. Hay proyectos estratégicos y de alto riesgo financiero que no han sido suficientemente explicados y razonados a los socios. Nos referimos al Espai Barça. Hoy en día, es imposible tener una idea clara del impacto real de este proyecto en las finanzas del club”.

Una descripción exacta y ahora sí, justificada, de la gestión crítica, caótica y opaca de la junta de Joan Laporta sobre el Espai Barça, inexplicable e inexplicado.

A nivel deportivo, se denunciaba “la inexistencia de una estrategia consistente. El espectáculo de un club Top a nivel mundial como el Barça, cazando entrenadores en enero, fue lamentable. Y por otro lado, la Junta Directiva ha priorizado vender jóvenes promesas de la cantera y fichar jugadores muy caros, que solo han encarecido la plantilla”.

La verdad es que Laporta ha superado cualquier registro de Bartomeu, pues no ha podido ser más errática la gestión de una plantilla y del entrenador. Laporta no llegó ni a enero con Koeman, luego de ratificarlo por tres veces y rebuscar en los planes de otro candidato, Víctor Font, para encontrar un sustituto, pues ha quedo claro y demostrado que ganó las elecciones sin ningún plan. ¡Y acusaban a Bartomeu de carecer de estrategia deportiva!

También de vender jugadores jóvenes, que fue la solución más a mano que Laporta encontró para hacer caja con futbolistas como Ilaix Moriba o Konrad de la Fuente, entre otros.

El manifiesto, por último, remetía recurrentemente al ‘escandalo’ del Barçagate como no podía ser de otro modo. Lo promovía el grupo Cor Blaugrana, como principal de una coalición de grupos y activistas que, ahora sabemos, sólo formaban parte de una estrategia electoral: Compromissaris FCB, Dignitat Blaugrana, El Senyor Ramon, La Resistencia del Palau, Manifest Blaugrana, Seguiment FCB y Noies Twitter. junto con las precandidaturas de Jordi Farré, Lluís Fernández-Alà y Víctor Font.

A ningún de ellos, como se ha demostrado estos meses, le importa de verdad el club, su estado, su economía, su futuro y mucho menos el despropósito de una gestión como la de Joan Laporta, frente a cuyos desmanes, tics y formas totalitarias y permanente tomadura de pelo a los socios, no tienen previsto abrir la boca y mucho menos reclamar el respeto, la sensibilidad y los cuidados y atención que el FC Barcelona necesita.

Sólo han tenido interés por una cuestión puramente profesional y comercial, pues tanto la campaña ‘Més que una Moció’ contra Bartomeu como la campaña ‘Sí al Futur’ a favor de la elección de Víctor Font fueron diseñadas y desarrolladas en el marco de una gran organización que tenía como misión desgastar a Bartomeu y provocar las elecciones anticipadas.

El pistoletazo de salida fue ordenado a partir del burofax de Leo Messi en verano del 2020 dentro de una operación metódica y financiada, profesional y, según algunos especialistas, con el inequívoco apoyo del aparato soberanista y del propio Govern de la Generalitat, pues no hay que olvidar que fue desde la Plaça de Sant Jaume donde se le dio lo la puntilla a Bartomeu, obligándole a celebrar el voto de censura en un día festivo con estado de alarma, movilidad prohibida y limitación de las relaciones sociales.

Puigdemont se la tenía jurada desde el 1 de Octubre cuando el presidente del FC Barcelona no suspendió el partido de Liga contra Las Palmas.

Allí estaban Joan Solé, Marc Duch (foto) y Jordi Mestre, entre otros, poniendo en marcha todos esos grupos y una enorme red de apoyo a favor del Voto de Censura, pero sobre todo implacablemente en contra de Bartomeu. Curioso que los responsables de la trama hayan aparecido recurrentemente en todos los medios e incluso en las asambleas del Barça exigiendo cárcel para Bartomeu.

El caso de Marc Duch sea probablemente el más desvergonzado, pues además de trabajar en la campaña actuó como portavoz de ‘Més que una moció’ bajo la firme promesa de luchar por su barcelonismo y de no participar después en la campaña electoral en ninguna candidatura. Duch no tuvo el menor reparo ni rubor, sin embargo, en aparecer finalmente como responsable del área social de la candidatura de Víctor Font.

Un embuste propio de Laporta y Víctor Font lo que le augura un cierto futuro en la actual dinámica del club y del entorno. Duch era, no debe olvidarse, directivo de la agencia responsable de la campaña de Font.

También llama ahora la atención, poderosamente, la imagen elegida como epicentro del llamamiento a la rebelión y alzamiento contra Bartomeu, que no fue otra que la de Leo Messi tras uno de sus míticos goles en el Bernabéu, junto a la leyenda: “El 10 es más grande que Bartomeu”. O sea que de eso se trataba básicamente, de agudizar la crisis de la directiva de Bartomeu en ese pulso contra Messi, un choque de trenes irreconciliable, tras el cual sólo hizo falta que un candidato como Laporta prometiera “arreglar su renovación en un asado” para ganar las elecciones.

¿Dónde están hoy todos esos colectivos y barcelonistas irritados, sulfurosos y sedientos de dimisiones y de escarmiento público frente al gran embuste de Laporta? Sencillamente a lo suyo, tratando de recoger alguna migaja, alguna recompensa por los servicios prestados e intentar colarse en esa órbita laportista que es donde hoy están los mejor colocados para disfrutar de un mandato de felicidad, privilegio, invitaciones y algún negociete.

Si estuvieron en el voto de censura fue porque había fondos para sufragar la campaña y un montón de promesas si las cosas salían como se esperaba. En ningún caso, como demuestra el manifiesto tan poco consistente y frágil, creían estar salvando al Barça. Más bien lo contrario.

Laporta ha superado con creces los peores registros de Bartomeu en sólo diez meses de permanecer en el cargo sin que Compromissaris FCB, Dignitat Blaugrana, El Senyor Ramon, La Resistencia del Palau, Manifest Blaugrana, Seguiment FCB y Noies Twitter, y mucho menos Cor Blaugrana, hayan levantado la voz, pues todo estaba pagado y preparado, cuyos intereses desembocaron rápidamente en la preparación del asalto al palco del Camp Nou con Víctor Font como candidato.

Cor Blaugrana, tapadera de esa orquestación de tan variados intereses, incluidos los políticos, sólo ha realizado una lamentable e irrespetuosa aportación en forma de tuit: “Desde Cor Blaugrana, siguiendo con nuestra forma de ser, propositiva y siempre a favor del #FCB, queremos hacer constar nuestra petición para la presidencia de honor a favor de JM #Bartomeu y Sandro #Rosell”, seguido del enlace ‘justicia.gencat.cat Centre Penitenciari Brians II’. ¿Gracioso?

Para ser gente que ha promovido, también con grandes recursos, una querella contra Bartomeu por el presunto envío de tuits quizás debería predicar con el ejemplo. Pero no son de estos sino de los que, precisamente, se sienten impunes para insultar a quien sea, legitimados y a salvo bajo la protección, si es necesario, de miembros poderosos del propio cuerpo de Mossos d’Esquadra.

Finalmente, en su epílogo de ese voto de censura, como si todo hubiera sido una combustión espontánea de barcelonismo del bueno, sin manipulación ni operativos, como una gran casualidad, Cor Blaugrana agradeció el esfuerzo de Joan Solé y @ElCorBlaugrana, así como también a cuentas como @IniestismxFCB, @UNIVERSO_1899, @LaSenyera, @BartomeuDimiss1 y @BotdeCensura, algunas gestionadas por Oriol Puig y Jordi Mestre, este último conectado con El Senyor Ramon.

Hoy, Joan Solé (Director de Redes), Marc Duch (CEO), Jordi Mestre (Director de Cuentas) y Jose Vidal (Jefe de ‘Partnerships’) han reaparecido, agrupados, en una agencia, Accent Sport & Entertainment, que entre otras iniciativas produce INIESTAZO, una web de contenidos barcelonistas bastante amable y colaboracionista con la gestión de Joan Laporta. Todo un mundo de influencias y generador de estados de opinión barcelonista que parece seguir estando muy conectado.

Está bien saber a quién habrá que exigir cuentas y responsabilidades al final de este camino que conduce directamente al Barça SA y a Laporta al paraíso, un club en el que sólo mande él.

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