La Fiscalía de la Unión Europea ha puesto el foco en el empresario David Madí por supuestamente tratar de desviar los fondos europeos Next Generation para usos fraudulentos. En el marco del caso Volhov, la Audiencia de Barcelona ha derivado a las autoridades comunitarias unas escuchas telefónicas en las que ve indicios de delito por parte del que fuera estrecho colaborador de Artur Mas y ex-alto cargo de CDC, informa 20 Minutos.
Los hechos tuvieron lugar en octubre de 2020. Madí se reunió en Foment del Treball con unos 60 empresarios y con Iván Redondo, ex-jefe de gabinete de Pedro Sánchez, para discutir la llegada de los 140.000 millones de euros de los fondos europeos. Después del encuentro, la Guardia Civil interceptó una llamada de David Madí con Joan Ferran Oliva, familiar suyo y apoderado de RSM Spain Consultores.
En la llamada, Madí expresaba su deseo de ser beneficiario de los fondos: «Se ha de establecer un canal para entrar; me vi con Foment, formo parte de Foment, tuvimos una reunión en pequeño comité con Iván Redondo; esto será una ‘merienda de negros’, son 140.000 millones».
Las escuchas forman parte del caso Volhov. El juez instructor vio indicios de un intento de Madí de desviar los fondos europeos para usos inapropiados y por eso lo derivó a la Fiscalía Europea, encargada de investigar los delitos que atentan contra el presupuesto de la Unión Europea. La Fiscalía española y la defensa de Madí se opusieron al no observar esos indicios.
Sin embargo, el magistrado Joaquín Aguirre lo ha avalado en una interlocutoria al considerar que se podía tratar de un delito de fraude en subvenciones europeas. La Audiencia de Barcelona entiende que, al estar David Madí investigado por desviar fondos públicos en forma de subvenciones, podría haber tratado de hacer lo mismo con los Next Generation.
