Algunas comunidades españolas han pedido que, ante el alud de contagios que está provocando la variante ómicron, en la reunión de mañana del Consejo Interterritorial de Salud se discuta la reducción de las cuarentenas que deben realizar los contactos estrechos positivos sin síntomas, de los diez días actuales a cinco, como están haciendo otros países.
La portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, asegura que cualquier decisión se tomará en base al «rigor de los equipos técnicos» y se muestra, en cualquier caso, cauta con las decisiones que toman las autonomías para contener la pandemia: «Nosotros damos apoyo desde el gobierno a las comunidades en la toma de decisiones, porque son las que mejor conocen la situación tanto asistencial como de la propia evolución de la pandemia».
Hace una semana la Comisión de Salud Pública tomó una decisión opuesta a la del Govern al rechazar las cuarentenas obligatorias para los contactos estrechos vacunados. Según los acuerdos de la Comisión, durante el período de diez días después del último contacto con un caso confirmado «se deben limitar sus actividades a las esenciales, reduciendo todo lo posible sus interacciones sociales, seguir escrupulosamente las medidas de prevención como el uso de máscaras y realizar una estrecha vigilancia ante la posible aparición de síntomas compatibles».
