TV3 también blanquea la apuesta de Víctor Font por Benaiges

Caótica, aburrida, injustificada y orquestada entrevista al ex-candidato, que tampoco hizo autocrítica ni condenó enérgicamente el escándalo y su impacto en el barcelonismo

Víctor Font

Parece complicado entender, como espectador, pero sobre todo como responsable del programa y de la dirección de TV3, la presencia del ex-candidato a la presidencia del FC Barcelona, Víctor Font, el sábado por la noche, la víspera del referéndum sobre el Espai Barça. Si la motivación o la oportunidad son difíciles de conjeturar, pues no existe una relación aparente y concreta entre el referéndum y Víctor Font, menos aún después de la soporífera intervención de quien representa que debería ser el jefe de la oposición barcelonista.

Sobre el referéndum, lo normal es que TV3, en algún momento del proceso, hubiera tenido siquiera un segundo de debilidad democrática y hubiera sometido a un debate inteligente y equilibrado la verdadera esencia de la consulta, pues Laporta ha manipulado desde el principio el planteamiento, reduciéndolo a Espai Barça, SÍ o NO, cuando lo que estaba sobre la mesa exclusivamente es la solicitud a los socios de una ampliación del límite de endeudamiento a favor de la directiva.

También están fuera de toda duda que a TV3 le preocupaba menos aún que al propio Laporta el desenlace de una consulta inocua y no vinculante una vez que el 23 de octubre pasado ya lo aprobó la asamblea, el único y soberano órgano estatutario con la facultad expresa de autorizar o no ese préstamo de 1.500 millones que prácticamente dobla el mayor coste de las obras previsto por la junta anterior. 

Queda por saber si el enlace o la justificación radicaba en que la pertinaz obsesión de Víctor Font con el voto electrónico lo ha convertido en un icono de la democracia telemática. Si así fuera habría que ponderar a la baja y al ridículo la ignorancia de los profesionales del FAQS y del propio Víctor Font, pues los estatutos del FC Barcelona contemplan desde hace muchos años no sólo la posibilidad de realizar consultas de forma telemática sino también el proceso electoral correspondiente a la obtención de los avales. 

Lo que no estaba autorizado era el voto electrónico para la elección de junta directiva, extremo que llegó impuesto este año por la Generalitat cuando, previamente a las elecciones convocadas para el 24 de enero, el Govern se vio obligado a suspender esta primera convocatoria a causa de la covid. 

Para darle alternativas, la propia Generalitat aprobó un decreto que permitió el voto por correo, que tampoco estaba legalmente contemplado, así como el voto telemático electoral, que no fue utilizado siguiendo el criterio mayoritario y consensuado de que no existen suficientes garantías legales como para implementarlo. 

Recapitulando, el voto telemático para consultas de este tipo y asambleas se contempla desde hace años sin que, por lo que se ve, Víctor Font y la mayoría de la prensa se haya enterado todavía. 

Las lagunas y meteduras de pata de Víctor Font dan para una aburrida serie de televisión, un socio que ahora, por cierto, gana algún dinero con el software de estrategia que ha vendido al club, patentado a medias con el actual entrenador, Xavi Hernández. Lo más probable es que este producto se aplique en muy poco tiempo a la metodología de la cantera como resultado y solución a las quejas que, tan repetidamente, está exponiendo Xavi sobre la mala calidad del juego de posesión de sus jugadores.

Font, que repitió hasta la saciedad que llevaba siete años preparando su ataque a la presidencia, nunca acabó de confirmar si Xavi vendría solo con él de presidente, incorporó a un directivo como Jordi Majó, al que debió cesar a las pocas horas, y a última hora, como no le daba para las firmas que ansiaba presentar, hubo de incorporar a Marc Duch de urgencia y con él el completo aparato recolector de avales del voto de censura contra Josep Maria Bartomeu. 

Por no hablar de sus idas y venidas con Koeman, al que primero menospreció y relegó a un despido automático si él ganaba las elecciones y luego le dedicó los mayores elogios a favor de su continuidad.

Más frágil fue, con la perspectiva del tiempo, su apuesta por Albert Benaiges, una figura barcelonista que le provocó un enorme berrinche cuando, después de anunciarlo como el fichaje clave para el fútbol base, apareció dando apoyo a Joan Laporta. Según Víctor Font, su adversario electoral había presionado a Benaiges para que cambiara de bando.

Ambos se enzarzaron en una discusión por el privilegio de sumarlo a sus filas. Quizás por salir de ese laberinto Víctor Font movió hilos para aparecer en TV3 como si no hubiera pasado nada en la noche preelectoral del referéndum del Espai Barça, pues desde que estalló el escándalo ni su twitter ni él mismo se habían pronunciado al respecto.

No hay que olvidar que Font sigue asesorado por Antoni Bassas, periodista y empresario con una productora que factura más de un millón anual a la televisión pública catalana y con mano izquierda e influencia suficientes pasa sacar a Font de ese silenció delatador y hasta cierto punto encubridor sobre Albert Benaiges.

Después de preguntas que no venían a cuento, con aquella apariencia de periodismo inquisitivo, llegó la parte del ‘masaje’ y de la oportunidad de Font de hablar de Benaiges en los siguientes términos: “Es un caso que me ha producido consternación absoluta y sorpresa”. 

Nada más. En la misma línea de la junta de Laporta, Font no realizó ni autocrítica ni condena abierta del personaje ni de sus hechos y muchos menos pareció querer disculparse por haber apostado por un abusador sexual de menores como hombre de confianza y clave para su proyecto. Un minuto de relativa frivolidad sobre un hecho de tanta gravedad del que, en su caso concreto, puede que no tuviera noticias. 

Lo imperdonable sería que, como ha ocurrido con la gestión de la directiva de Laporta, los profesionales del sector que conocían la rumorología y los episodios más recientes en Centroamérica no alertasen a Font sobre un riesgo que, cuando menos, había que contrastar. Hoy cada vez son más las personas vinculadas a la estructura de formación del Barça que admiten haber alertado internamente a la actual junta sobre la mala fama Albert Benaiges.

Font ha hecho bien en mantener un relativo silencio desde que las elecciones eligieron a un nuevo presidente. Si ha de reaparecer para dejar todavía más huérfanos de criterio, opinión y análisis barcelonistas las incontables promesas incumplidas de Laporta casi que es mejor que no aparezca. Hasta se diría, por su tono y discurso, que, si se acerca una movida interna en la junta, básicamente provocada por la tormenta José Elias, el ex-candidato de Granollers podría convertirse en aspirante a candidato. Laporta va a necesitar, en un momento dado, reclamar la máxima unión del barcelonismo.

Tiene sentido. Sin Messi, sin Griezmann, sin Dembélé muy probablemente, puede que sin Gavi y quién sabe cuántas cosas más Laporta podría reforzarse con Víctor Font para anular cualquier rescoldo de oposición. A fin de cuentas, Font ya es socio de Xavi y Laporta le ha arrebatado el proyecto. Pueden compartir.

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