Los cortes de luz vuelven a la Mina en pleno invierno, donde pagan «justos por pecadores»

Endesa señala el uso fraudulento como causa y niega el mal mantenimiento de la red

El bloque Venus del barrio de la Mina, uno de los afectados por los cortes de luz

Siete noches consecutivas sin luz y un total de once días con cortes intermitentes. Así es como las mil personas –o más– que viven en los bloques Venus, Saturno y Boreal del barrio de la Mina (Sant Adrià de Besòs) han comenzado el mes de diciembre, con unos cortes que se produjeron desde el 27 de noviembre por la noche hasta el 7 de diciembre. Sin embargo, la situación no es nueva para la Mina, donde hace dos años, en diciembre del 2019, la sufrieron también durante varios días, y afectó de lleno a la Navidad.

Precisamente, para prevenir que volviera a ocurrir, la Alianza contra la Pobreza Energética (APE) ha insistido a la Generalitat para que convoque una mesa con los ayuntamientos afectados por los cortes de luz, para así conocer el papel de la Administración y las exigencias que se hacen en Endesa, sin embargo, todavía no se ha celebrado: «Lo pedimos en junio de este año, a través de una carta a la consejera de Acción Climática, Teresa Jordà, e insistimos en que la convocaran antes de que llegaran el invierno y los cortes, pero lo han hecho para enero«, explica la portavoz de la APE, Maria Campuzano, quien añade que «ya llegamos tarde».

Endesa ha señalado como principal causa del corte la «sobrecarga derivada del uso fraudulento», algo que, según explica un vecino de la Mina a EL TRIANGLE, «es una evidencia», pero no un argumento suficiente para que paguen «justos por pecadores». «También hay vecinos que pagan la luz, y gente que no paga porque no puede», remarca. Endesa defiende que «los cortes son para velar por la seguridad de las personas», ya que «una línea eléctrica manipulada es un peligro potencial: puede generar un incendio y causar muertes», y asegura que, en el caso de las familias vulnerables, «es tan fácil» como que se den de alta para regularizar su situación y, «si los servicios sociales determinan que es vulnerable, automáticamente queda protegida» por la ley catalana contra la pobreza energética.

La APE, sin embargo, cree que «no es tan fácil» porque muchos no saben que tienen esta posibilidad, y señala que «es necesario un trabajo de hormiga, trabajar caso por caso». También afirma que en barrios que sufren cortes no es una solución definitiva «porque aunque tengan contrato, paguen las facturas y estén regularizados, tendrán cortes», y que esto es responsabilidad de Endesa. «El argumento de que el problema son las plantaciones de marihuana y las conexiones irregulares queda obsoleto, porque más allá de esto, detrás hay un mal mantenimiento de Endesa«, dice Maria Campuzano. «Sería interesante poder comparar las inversiones que se realizan en barrios como Pedralbes y las de barrios como la Mina, pero no son datos públicos», añade.

La empresa niega las acusaciones y argumenta que «hay barrios en los que el fraude es anecdótico y las infraestructuras, siendo las mismas, están menos castigadas». En este sentido, la alcaldesa de Sant Adrià, Filo Cañete, señala que en zonas como Pedralbes «no hay pobreza ni se vive esta situación de vulnerabilidad», y admite que «es una realidad que existe la marginalidad en la Mina». Una visión compartida por el ex-alcalde del municipio, Joan Callau, que cree que «hay cosas que ocurren en este barrio que serían impensables en otras». Según la APE, como en la Mina, «estos cortes se dan de forma recurrente en barrios como Torre Baró (Barcelona), Font de la Pólvora (Girona) y Sant Roc (Badalona), y en otros de España, sobre todo en Andalucía, donde también es Endesa la gestora y propietaria de la red de distribución».

Tanto Filo Cañete como la APE afirman que se necesitan más recursos y hacer un trabajo específico en cada caso. Hasta ahora, el Ayuntamiento, con la colaboración de Endesa, ha realizado varios procesos de regularización en bloques de la Mina, los cuales han sido «muy exitosos», según la alcaldesa, y Endesa ha separado a los generadores para cada uno de los tres bloques afectados de los últimos cortes, para evitar que la sobrecarga de uno afecte al resto. «Esperamos tener la Navidad en paz», señala un vecino de los edificios.

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