Hay que tener muy mala puntería para abrir una cruzada contra las pistas de fútbol en las escuelas por machistas, el día que la jugadora de fútbol del Barça Alexia Putellas ganaba el Balón de Oro, convirtiéndose así en la mejor jugadora de fútbol del mundo. Este buñuelo lo ha perpetrado el departamento de Educació de la Generalitat, que está preparando una guía para la arquitectura de los colegios en la que, entre otras cuestiones, las pistas de fútbol no serán obligatorias al considerarlas elementos machistas. La iniciativa, al menos, tiene el don de la inoportunidad.
El punto de inflexión del fútbol femenino se produce en el mundial de París de 2019. Hace dos días, como quien dice. El trabajo realizado hasta entonces por muchas mujeres y algún hombre en pro del fútbol femenino revienta y pulveriza el techo de cristal. Equipos como el FC Barcelona empujan en esa buena dirección. Del esfuerzo, salen referentes como Putellas, que hacen imparable la revolución. Sin embargo, el trabajo está a medio hacer. La profesionalización real del fútbol femenino es, todavía, una asignatura pendiente, atascada en los despachos. Las jugadoras ya han amenazado con hacer huelga, y la idea de detener la competición ya no deja indiferente.
Es en esta profesionalización, y en el fomento de la práctica, y en la lucha contra la discriminación, donde instituciones como Educació deben poner el empeño. No en trasnochados y estériles debates sobre la masculinidad de las pistas de fútbol en las escuelas. Que una chica a la que le gusta el fútbol lo pueda practicar sin problemas, como lo hace un chico, eso es lo que hemos desatendido y lo que debería habernos ocupado y preocupado, y nos debería ocupar y preocupar, todavía.
Así, mientras con una mano la Generalitat le otorga a Putellas la Creu de Sant Jordi, con la otra estigmatiza las pistas de fútbol en las escuelas; unas pistas desde donde Puntellas y otras como ella, se iniciaron probablemente en esta práctica deportiva. Dejen las pistas en paz y destinen sus esfuerzos a que su uso sea libre e igualitario. «El femenino llenará cada vez más estadios», decía recientemente Putellas, y pistas de escuelas, añado.
