JxCat escogió a Jordi Puigneró para ocupar la vicepresidencia de la Generalitat después de recibir el “no” de varias personas. No estaba entre los nombres que la formación consideraba más idóneos para ocupar este cargo. Pero, aun así, confiaron, a pesar de que en privado admitían que tendrían que perfilar su protagonismo político. El primer medio año ha dado la razón a los que no lo veían en el nuevo lugar, y se ha empezado a especular incluso con la posibilidad que el consejero de Economía, Jaume Giró, que marca más perfil, acabe siendo el vicepresidente en detrimento de Puigneró. Además, la materia en que más cómodo se siente Puigneró, las Políticas Digitales, últimamente no ha dejado muy bien al Govern.
La semana pasada, la Generalitat sufrió dos ciberataques consecutivos que provocaron la caída de algunos sistemas de la administración y que algunas apps no funcionaran durante tres horas. Los problemas en el portal de autónomos o a la aplicación para descargar el certificado covid duraron mucho más. Pero Puigneró aprovechó el ataque y su resolución para pasearse por todas las teles y radios, victimizar a la Generalitat insinuando que el ataque tenía motivación política y remarcar como había actuado de bien su departamento y la Agencia de Ciberseguridad que ayudó a crear. Algunos han visto oportunismo, en todo esto.
