Hace décadas que Miquel Iceta se dedica a la política. No ha trabajado en ninguna otra cosa en toda su vida profesional. Nadie duda que es claramente un “animal político”. Y por eso siempre ha destacado allá donde se le ha querido colocar, tanto en el partido como las instituciones.
Tanto es así, que a él se le encargó liderar el Partido de los Socialistas de Catalunya (PSC) cuando nadie lo quería hacer. Ahora, con su relevo al frente del PSC, todo el mundo pensaba que su aterrizaje al Consejo de Ministros sería un premio, una manera de culminar su carrera. En contra de lo que él y su equipo esperaban, no ha sido así, y fuentes próximas al líder socialista aseguran que la entrada en el Gobierno español está siendo “frustrante y frustrada. Querría hacer muchas cosas y no es tan fácil, le han cortado las alas mil veces”, manifiesta un estrecho colaborador suyo.
El ministro de Cultura y Deportes, Miquel Iceta, está teniendo una presencia mediática muy inferior de la que él esperaba. Tanto es así que su equipo ha encargado en el área de comunicación del ministerio reformular toda la estrategia para intentar que el ministro tenga mucha más presencia y peso en los medios. De este modo, creen, podrán vender mejor el trabajo que se hace y potenciar más la figura del ministro de Cultura.
