Catalunya en Comú nacieron con un discurso que abrazaba la idea de que los partidos políticos tenían que dejar de gastar en cosas como por ejemplo en propaganda, en imagen, en foco y en pancartas; que los políticos tenían que bajarse el sueldo; y que los servidores públicos tenían que ser austeros y demostrarlo todavía más.
Aquello de los sueldos ya lo abandonaron hace un tiempo. Pero, hasta hace poco, sus grandes actos todavía tenían aquella pátina de poca monta. El tiempo y la evidencia les ha hecho ver que cuando un partido monta un gran acontecimiento, la imagen que se da es la mitad del éxito. Así, la asamblea de la semana pasada no solo tenía todo el que normalmente acompaña los grandes actos políticos, sino que incluso tenían foodtruks, una fiesta posterior y todo lo que hace falta para vestir la gran cita de un partido convencional.
Los comunes no disimulan su admiración por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. De hecho, Ada Colau participa activamente en toda la estrategia de Díaz para forjar una marca nueva de cara a las elecciones españolas que vaya más allá de las siglas de partido. Y a la asamblea nacional de los comunes, celebrada el último fin de semana, se evidenció, puesto que la ministra fue la gran atracción, mediática y política, de toda la cita.
