De presupuestos y luchas personales

Más de dos años después de llegar a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso ha aprobado su primer proyecto de presupuestos. En un marco de batalla interna dentro del PP por el control del partido a nivel regional, la previsión de lo que el Gobierno de Ayuso gastará en 2022 ha pasado más desapercibida, pero no se pueden ignorar sus implicaciones y cómo la Sanidad, en un momento difícil, no sale precisamente bien parada.

A pesar de lo que se esfuerzan en vender desde el portal de la Comunidad y los medios afines sobre el incremento de la dotación para ese ámbito, debe leerse la letra pequeña. El portal dice lo siguiente: “La Sanidad vuelve a ser el área donde la Comunidad de Madrid empleará más recursos en este periodo post-covid, con 8.783 millones de euros, un 8,6% más que en el anterior Presupuesto”, es decir, “693,2 millones adicionales sobre 2019”.

El diablo está en los detalles y lo cierto es que en los presupuestos para 2019 ⸺prorrogados dos veces⸺ el gasto en Sanidad se había estimado en 8.091 millones de euros, pero finalmente subió a 8.962 millones, y eso en el año prepandemia. Por tanto, con los exactamente 8.783,8 para 2022 se estarían presupuestando 178,2 millones menos que el gasto real de hace tres años. Si esto finalmente se concreta, sería un nuevo golpe para la inversión en salud pública en la Comunidad madrileña, y desgraciadamente las intenciones ya se entrevén.

Incluso dando por bueno el aumento presupuestario anunciado, el porcentaje correspondiente estaría bastante por debajo de la subida general de las cuentas. Los 23.033 millones globales suponen una alza del 14,8% sobre lo estimado para 2019, mientras que la Sanidad se quedaría en el mencionado 8,6%. Sobre esto, el consejero de Hacienda, Javier Fernández-Lasquetty, aseguraba: “Considerar que no se presta suficiente atención a la Sanidad cuando sube casi 700 millones de euros creo que es no fijarse en el contenido de las cosas, sino en la superficie”.

En paralelo a la publicación del proyecto de cuentas y a la espera de que se vote a finales de diciembre, Isabel Díaz Ayuso ha emprendido una cruzada para que el Congreso del PP de ámbito regional se adelante y ella sea escogida también presidenta del partido.

Las últimas semanas han sido abundantes en episodios y declaraciones respecto a los afanes de Ayuso por hacerse con el control del partido en Madrid, y las respuestas más o menos veladas de la dirección nacional indicando que no es el momento.

Ya en la Convención del PP de principios de octubre, que pareció que Ayuso contraprogramaba con un viaje a Estados Unidos los mismos días, se despertaron algunas inquietudes cuando a su tardía llegada fue recibida por algunos asistentes con gritos de: “Presidenta, presidenta”. Pese a afirmar en su discurso oficial: “Sé que mi sitio es Madrid”, las altas esferas populares a nivel estatal no se fían y quieren limitar su poder dentro del partido.

Mientras tanto, Ayuso, que a menudo ha manifestado el deseo de que el Congreso del PP madrileño se celebre lo antes posible, ha apuntado una posible fecha “entre febrero y marzo” de 2022. Así y todo, fuentes de su entorno aseguran que aceptará que se retrase hasta mayo o junio.

Donde no cederá en ningún caso es en sus pretensiones de controlar el partido en el seno de la Comunidad. Y alrededor de esta polémica, se han producido capítulos como el bloqueo en Whatsapp de Teodoro García Egea, secretario general del PP. La misma presidenta lo reconoció en el programa El hormiguero ⸺matizando que fue en uno de sus dos móviles⸺, y habría hecho lo mismo con otros dirigentes populares.

En este contexto, el alcalde y portavoz nacional del PP, Martínez-Almeida, aparece como el ariete que Casado está utilizando para disputarle el poder a Ayuso a nivel regional. De hecho, se especula que de postularse el regidor buscaría forzar una tercera vía para la presidencia del PP madrileño, que según desveló la Cadena SER podría ser la actual secretaria regional del partido, Ana Camins.

Susana Alonso

En medio de las luchas internas de cara al año próximo ⸺y ya veremos cómo acaba la Sanidad⸺, también se lanzan dardos dialécticos. Uno de los más comentados procedió del alcalde durante la celebración de la Almudena, donde coincidió con Ayuso, en términos de petición a la patrona de la ciudad: “Si alguno quiere ser el primero, sea el último de todos y el servidor de todos”. Y en declaraciones a los medios, afirmó que su relación con la presidenta es de “tan buen rollo” que no se han bloqueado en Whatsapp.

Con amigos como estos…

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