El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha evitado alinearse este jueves con la propuesta de celebrar un referéndum sobre la independencia de Catalunya de forma inmediata, defendida por la CUP y por el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, y ha reconocido que el procés creó un «riesgo» de fractura social.
En cuanto a la idea de convocar una votación como esa «sin adjetivos», propuesta por Cuixart, Aragonès se ha mostrado favorable cuando ha considerado más importante crear las condiciones para poder celebrarla que fijar fechas -como quiere la CUP- o definirla mediante adjetivos como unilateral o pactado.
El presidente catalán ha augurado que si se fija una fecha sin las condiciones adecuadas, «nos quedamos cojos», y ha citado como condiciones previas el consenso y las alianzas internas para tener «más fuerza ante el Estado», el apoyo exterior y «conjurarse para evitar el riesgo de fractura social«. Sobre ese riesgo, ha sido el primer dirigente independentista que admite que existió hace cuatro años, cuando el gobierno de la Generalitat organizó el 1-O.
En cuanto a los presupuestos, ha dirigido a la CUP el mensaje de que, si no los aprueban, no será posible un plan piloto de renta básica universal, ni la educación de P2 gratuita, ni un plan de choque social, ni una inversión de 750 millones de euros para viviendas dignas.
El presidente de la Generalitat ha hecho estas declaraciones durante una intervención en el foro Barcelona Tribuna, donde también se ha mostrado convencido de que conseguirá el apoyo de los diputados cuperos.
