Un informe del Instituto de Medicina Legal de Cataluña ha confirmado que, durante las protestas del 18 de octubre de 2019 con motivo de la sentencia contra los líderes del ‘procés’, un joven perdió un ojo debido al impacto de una bala de foam disparada por los Mossos d’Esquadra. El chico acababa de cumplir 18 años y se trasladó al centro de Barcelona para comprarse una camiseta. Sin embargo, en la calle Trafalgar recibió el impacto del proyectil y fue trasladado de urgencia al Hospital de Sant Pau, donde acabó perdiendo el ojo izquierdo.
Según el informe, al que ha accedido El Periódico, «las lesiones objetivables son consecuencia de un traumatismo directo e intenso sobre el globo ocular izquierdo, por lo que establece una relación de causalidad positiva con el mecanismo de producción referido» por el joven. Así, las lesiones son compatibles «con un impacto a gran velocidad» como un foam. Otra parte del informe, como ha avanzado eldiario.es, explica que desde el incidente el joven ha recibido ayuda psicológica, ya que tiene «sentimientos de vacío y creencia de tener pocas expectativas de futuro a raíz de la pérdida de ‘ojo».
Sin embargo, no se ha podido determinar qué agente disparó el foam de manera que no hay ningún mosso imputado. Como no se ha podido atribuir un delito concreto a nadie, el procedimiento va camino de ser archivado aunque se podrá reclamar por la vía contenciosa o civil. De hecho, la defensa del joven pretende que la Generalitat reconozca que uno de los Mossos causó la mutilación ocular y que indemnice al joven.
Con este caso, ya son tres las personas que han perdido un ojo a causa de las balas de foam de los Mossos. Una lo sufrió cuando se intentó ocupar el aeropuerto de Barcelona -también después de la sentencia- y la otra durante las manifestaciones contra el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél, en febrero del 2021.
