Juicio a Salvini, el primer paso de muchos

Este sábado ha empezado en Palermo el juicio contra el ex-ministro del Interior italiano Matteo Salvini, acusado del secuestro de personas por haber impedido durante veinte días el desembarco de los cerca de 150 migrantes que el barco Open Arms había rescatado en el mar Mediterráneo. El ministro se negaba, como había hecho en otras ocasiones, a que los migrantes rescatados bajasen a tierra y sugería que los llevaran a Malta o España. Un fiscal autorizó, sin embargo, este desembarco después de que, desesperanzados, una docena de migrantes se echaron al agua desde el barco que estaba en Lampedusa. Ahora, Salvini se expone a una condena de 15 años de prisión.

Òscar Camps, responsable de Open Arms, que denunció el comportamiento del entonces ministro del Interior, afirmó, ahora, que «este es el primer paso de muchos». ¡Ojalá! La experiencia reciente no anima a ser demasiado optimista visto el trato que Europa ha dispensado a los migrantes que quieren acceder a ella. La última muestra la tenemos en la respuesta defensiva de la Unión Europea ante la salida precipitada de miles de afganos que han huido de su país con la llegada de los talibanes al poder, en Kabul. Una vez más, Europa ha estado más pendiente de poner obstáculos a los migrantes obligados que de ayudarles y preocuparse por sus derechos como personas.

Que un juez italiano haya procesado a Salvini no garantiza que el conjunto de la judicatura italiana suscriba su decisión. Hace tres semanas, Mimmo Lucano, que había convertido Riace, la pequeña población de la que era alcalde, en un foco de resistencia a la política contra los migrantes de Salvini, fue condenado a 13 años y dos meses de prisión por otro juez. Le imputó los delitos de fraude, malversación de fondos, asociación para delinquir y abuso de autoridad. Lucano puso en marcha en Riace una política de acogida de los migrantes que hizo que más de 6.000 encontraran apoyo y calor humano allí, desde finales de los noventa. El juez considera que lo hizo utilizando de forma indebida fondos europeos de ayuda a los migrantes y que había transgredido la legalidad italiana para promover su política de acogida.

Palermo y Riace, dos poblaciones italianas, dos jueces, dos procedimientos penales. Òscar Camps confía en que el juicio y la sentencia a Matteo Salvini sean elprimer paso en la buena dirección de los que quedan por dar. La sentencia a Mimmo Lucano es una muestra más que tenemos una gran caminata por delante.

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