El consejero de Salud de la Generalitat, Josep Maria Argimon, ha manifestado este jueves que el pasaporte covid podría tener los días contados y desaparecer las próximas «semanas». En una entrevista en RAC1, Argimon ha admitido que hoy por hoy, «el beneficio supera la pérdida», en referencia a la obligatoriedad de presentar el pasaporte covid para acceder a los locales de ocio nocturno, pero ha remarcado que es una «limitación de libertades».
Por este motivo, el número 1 de Salud ha descartado hacer un uso generalizado, aunque ha señalado que se podría plantear aplicarlo en la restauración cuando haya algún «repunte» de casos, para evitar más restricciones o cierres. Por otra parte, el consejero también ha rechazado obligar a los ciudadanos a vacunarse para acceder al puesto de trabajo, como ha hecho el Gobierno de las Islas Canarias.
En este sentido, Argimon ha afirmado que «no es bueno» imponer la vacunación, sino que «es contraproducente», y ha apostado por la estrategia de «convencer» a la población para que tome la decisión por sí misma. En cuanto al uso de las mascarillas, el consejero ha explicado que se mantendrá tanto en interiores como en exteriores «al menos el otoño, hasta el inicio del invierno», siempre que no se pueda mantener la distancia de seguridad. En cualquier caso, los niños serán los primeros en poder quitarse la mascarilla cuando el Gobierno catalán levante la obligatoriedad porque, según Argimon, «no es pedagógico que se haga clase en las escuelas con mascarilla».
El consejero de Salud ha descartado que se produzca una nueva ola de covid-19, aunque ha admitido que habrá repuntes que pueden hacer subir la velocidad de transmisión del virus (Rt) por encima de 1. Con relación a los presupuestos, Argimon ha asegurado que su departamento necesita un gasto anual de 13.800 millones de euros.
