El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, prevé que «el diálogo será largo» con el gobierno catalán, y ha señalado que esta previsión la avalan las discrepancias entre ERC y Junts.
De hecho, ha rechazado los dos años de plazo acordados por ERC con la CUP sobre la mesa de diálogo cuando ha manifestado, este martes, que «para evitar frustraciones» es mejor no establecer plazos, ya que calcula que «lo que ha pasado en diez años no lo resolveremos en dos años, ni en tres, ni en cuatro».
Sobre el contenido de las conversaciones entre el gobierno central y el de la Generalitat, que se retoman este miércoles, Sánchez ha rechazado como «una imposición» que la autodeterminación y la amnistía, el objetivo reiterado por el presidente catalán, Pere Aragonès, sean la única posibilidad de diálogo. En respuesta a la senadora ERC Mirella Cortés, Sánchez ha apostado por avanzar abordando cuestiones sobre las que estén «más cercanos».
Dos ministros menos en la mesa
Después de que se confirmara que la Generalitat sólo enviará representantes de ERC -el presidente Pere Aragonés y los consejeros Laura Vilagrà y Roger Torrent-, ya que Junts quiere designar a personas que no forman parte del gobierno catalán, el ejecutivo español ha reducido su grupo de representantes en la mesa de diálogo.
Finalmente, se caen de la lista los ministros Manuel Castells y Raquel Sánchez, y se mantienen, además del presidente Sánchez, la vicepresidenta Yolanda Díaz, y los ministros Miquel Iceta, Félix Bolaños e Isabel Rodríguez.
