Las “penyes” ajustan cuentas con la directiva de Laporta

La Confederació, indignada ante las insinuaciones de mala gestión que se filtran desde el club

El presidente del Barça, Joan Laporta

Este viernes se van a conocer de un modo oficial cuáles son las cuentas reales de la relación conveniada entre el FC Barcelona y la Confederació Mundial de Penyes, unas cifras relevantes precisamente por su irrelevancia, en el marco de la guerra desatada desde la junta del FC Barcelona contra las “penyes”, una directiva que no ha dudado en promover y difamar con noticias y alusiones borrosas y embusteras la buena imagen y la real situación financiera y económica de su gestión.

Las Confederació Mundial de Penyes del FC Barcelona recibe del club, a través de una donación del patrocinio de los principales espónsores, una media de 1 millón de euros anuales, con los que se financian congresos, principalmente el Mundial, coincidiendo con el Gamper, los de cada Federación de “penyes”, la estructura ejecutiva de las mismas, mejora y adecuación de locales y sedes de “penyes”, ayudas a diferentes iniciativas y un largo etcétera de actividades. Así, desde 2015, cuando quedó regulado el convenio, la Confederació ha gastado, durante este período, unos 6 millones en atender a sus necesidades propias.

Desde el club, a través de sus canales mediáticos dispuestos a publicar cualquier afirmación proveniente de la directiva, no sólo ha ofrecido unas cifras manipuladas, sino inciertas, del orden de 14 millones en total desde el año 2015, muy alejadas del acuerdo real y del verdadero volumen de la interacción económica del club con las “penyes”.

Para empezar, la Confederació se apoya en la estructura contable y administrativa del club para el cumplimiento del convenio, que contempla el ingreso procedente de la cuota de carnets de peñista (a dos euros anuales, aproximadamente) que asciende a unos 250.000 euros y una cantidad para la administración y el servicio de la Oficina de Atención al Penyista (OAP). Este coste, ahora bajo el control y responsabilidad de la Confederació, no es superior sino igual al que representaba el personal y gastos de la anterior estructura de atención a las “penyes”.

La Confederació reparte el dinero entre las Federaciones que, a su vez, destinan al mantenimiento de sus actos y estructuras para las “penyes”, la totalidad del reporte de los carnets y también destina el otro grueso al pago de personal, lo que significa que el convenio no ha representado un incremento de estructura. Se evalúa que ese volumen, todo incluido, asciende desde 2015 a unos 9 millones de euros, de los cuales los aportados por el club son solamente 6 millones -a ese promedio de 1 millón de media anual, dependiendo de las inversiones y actividades aprobadas por el plenario-, destinado a las necesidades propias y debidamente justificadas ante el club y ante los “penyistes”.

No sólo se ha manipulado esa información hasta esos 14 millones que desde el club se apunta con el “ingente gasto” del colectivo, sino que también se ha publicado como noticia una doble negativa de la Confederació a presentar las cuentas y los justificantes de esa contabilidad, un bulo que la Confederació atribuye al permanente interés en desprestigiar a las “penyes” y a su organización.

Hasta la fecha, la Confederació solo ha recibido dos burofax, uno para comunicarles que la junta directiva daba por suspendido el convenio -eso pese al documento firmado por Joan Laporta en la campaña electoral comprometiéndose a su mantenimiento y continuidad, una promesa como la de renovar a Messi- y otro para poner fecha límite a su ocupación de la sede e instalaciones que la Confederació utilizaba en aplicación del convenio, comunicación previa a su expulsión física a finales de agosto y a la negativa de la junta al acceso de ejecutivos y directivos de la Confederació.

Por el contrario, no han sido atendidas las propuestas constantes de la Confederació para establecer un diálogo en el que la propia asociación de “penyes” se compromete a la firma de un nuevo convenio en el que, si es necesario por las circunstancias, renunciaría a ese patrocinio asumiendo todos los gastos de estructura. Aunque el propio CEO, Ferran Reverter, pensó que todo estaba arreglado a partir de que la Condeferació pasaba a tener un coste cero para el club, la respuesta de Joan Laporta fue la misma, pues lo que ha manifestado el propio presidente es su voluntad de desmantelar la Confederació como colectivo organizado, democrático y como la primera fuerza social del barcelonismo.

Por tanto, no existe una fricción real por el convenio sino porque la anterior junta, desde que Sandro Rosell fue elegido presidente, promovió esa autonomía desde el proyecto Penyes SXXI que culminó en 2015 con la creación, como asociación independiente, de la Confederació Mundial, en representación de 1.250 “penyes” y 170.000 afiliados perfectamente legalizados y en funcionamiento con una estructura viva y participativa, intensa socialmente, generadora de no menos de 15 millones de ingresos directos e indirectos para el club y sobre todo democrática y amparada en el reconocimiento estatutario de su papel y de la validez de su organización.

Laporta teme que sea un contrapoder durmiente capaz de despertar y de dominar, por ejemplo, unas elecciones o un voto censura, motivos de preocupación que la junta anterior no temía pero que sí causan pánico en un presidente como Laporta que desconfía sistemáticamente de los socios y de los peñistas en el marco de su plan de gobierno totalitario y de gestión a sus espaldas.

Cuanto más trate de presionar a los “penyistes”, un colectivo absolutamente pacífico de naturaleza no intervencionista, más riesgo hay de que esa fuerza llegue a desatarse algún día.

La Confederació no sabe cómo tomarse esos mensajes vía periódicos sobre la petición de sus cuentas para su revisión, una documentación que precisamente está en manos del área social y de su actual responsable, Anna Aznar, resultado de todos y cada uno de los asientos contables bajo la responsabilidad y el control de una comisión mixta. ¿Por qué -se pregunta la Confederació- se les pide, a través de los medios de comunicación, una documentación que está a su disposición, transparente y auditada, en las oficinas del club?

Los peñistas empiezan a sospechar que el gobierno del club no funciona como es debido cuando se engaña a los socios con Messi y, en este caso, a las “penyes”. La credibilidad de la junta directiva baja por momentos.

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