Albert Batlle es el único político que este año no ha hecho vacaciones. El teniente de alcalde de Seguridad del Ayuntamiento de Barcelona ha estado al pie del cañón durante todo el mes de agosto.
A diferencia del resto de sus compañeros en el consistorio, así como de políticos de otras administraciones, que se han tomado unos días de desconexión, Batlle ha seguido en su trabajo. A pesar de que había comunicado que él este año también se cogería unos días de descanso, al final ha estado vigilando su área de responsabilidad.
Batlle ha tenido que hacer frente a los botellones, sobre todo en el centro de Barcelona, así como de las fiestas en la calle en los barrios de Gràcia y Sants. En el caso del segundo, Batlle no se esperaba una afluencia tan grande de gente por las noches, a diferencia de Gracia. Además, mucha gente ha ido a las playas para seguir la fiesta hasta la madrugada, cuando a partir de las cuatro eran desalojados por la Guardia Urbana.
La constante presencia de Batlle ha molestado a parte de su equipo, que también ha visto cómo debía reducir los días de descanso que habían previsto. Dentro del Ayuntamiento se comenta que el problema radica en que el concejal no tiene vida privada.
Batlle se incorporó a la lista municipal del PSC como representante de Units per Avançar, partido del que forma parte de la dirección. Con una larga carrera política que comenzó en las filas socialistas, Batlle ya había sido concejal cuando Pasqual Maragall era el alcalde y también formó parte del equipo de Montserrat Tura en la Generalidad. Asimismo, formó parte de la Sindicatura de Greuges y también fue director general de policía de la Generalidad con Ramon Espadaler, líder de Units, como consejero de Interior.
