La reventa a lo grande ha vuelto al Camp Nou

La propia junta de Laporta la promueve entre las agencias y entre los abonados, a los que entrega una entrada muy fácil de colocar

Los socios del FC Barcelona se han sorprendido al comprobar que para esta temporada no se utiliza ni el carnet de socio ni el carnet de abonado para acceder al Camp Nou. Por el contrario, el club les hizo llegar a cada uno de los abonados solicitantes de una localidad para el partido ante el Getafe del domingo pasado una entrada en papel impreso individualizada.

Algunos de estos socios han expresado extrañeza y han compartido esta sensación con otros barcelonistas, que han coincidido, también, en el hecho de haber detectado una inusual y excesiva presencia de reventas en los alrededores del estadio. 

Ambos hechos, cuando se relacionan entre sí, conducen a la sospecha que se han puesto en circulación muchas más entradas de las solicitadas en manos de las mismas organizaciones que ya habían dejado de operar en la reventa como resultado de las sucesivas actuaciones desde el club para atajar este mercado ilegal. Como se recordará, las fuerzas de seguridad realizaron, a demanda del club, una  gran redada en la que se llegó a denunciar a miles de socios por haber prestado sus datos y el propio abono, junto con el carnet, para la producción de miles de entradas falsificadas, en un caso que hoy se sigue aún en un juzgado de instrucción contra diferentes operadores y agencias de viaje, algunas de ellas autorizadas por el FC Barcelona en su día.

Estas agencias pueden comercializar entradas con un pack de servicios (hotel, transporte, atención vip, tour del Camp Nou, etc.). En ningún caso revenderlas a un precio superior al facial de la entrada. Esta práctica, sin embargo, se había extendido ante la tolerancia de los propios departamentos de ticketing en diferentes épocas.

El severo castigo de sanciones impuestas de hasta dos años de suspensión del abono a miles de socios parece que no ha servido de mucho, o de nada, ahora que Joan Laporta ha vuelto a la presidencia. Con su regreso se ha declarado libre de cargas y universal el alta de socio y la junta ha decidido reservar para sus compromisos un cupo fijo del 15% de las entradas disponibles, que fueron más de 4.000 para este último partido.

Uno de los operadores más antiguos del club, que lleva años controlando esta reventa oficial en la zona de la Costa Brava puso a la venta entradas para el Barça-Getafe a precios oscilantes entre 175 euros y 270 euros, más del doble y el tripe del precio de la entrada con la única excusa de llevar a los turistas en autocar desde esa zona. Un abuso que además ofrece una pésima imagen del club, pues se trata de servicios y de condiciones que están muy por debajo de lo que un turista o visitante acaba pagando por la experiencia de ver un partido en el Camp Nou.

No es nueva esta práctica, que parecía haber empezado a remitir. Con la reapertura del estadio tras el parón por la pandemia se ha multiplicado la oferta ilegal y también la abusiva en unas proporciones que los propios socios han pulsado exagerada, sobre todo en relación con ese descenso de los últimos años. No hace falta decir que en los buenos tiempos del anterior mandato de Joan Laporta se detectaron excesos incalificables, empezando por la propia junta, que saqueaba las entradas de los socios para beneficiar a otros colectivos cuando llegaba una final o un desplazamiento masivo. Tiempos en los que la actual portavoz, Elena Fort, parece que o no se enteró de lo que estaba pasando o miró para otro lado.

Interpelada en twitter por un socio, que mostró su extrañeza por recibir una entrada y no poder hacer uso de sus credenciales como socio y abonado, le dirigió la siguiente respuesta: “Tomo nota de la información y hago seguimiento. De hecho, las entradas son como los carnets, que se pueden ceder gratuitamente. Se han mantenido los derechos de los socios que constan en los estatutos”.

También podía recordar que los estatutos no sólo contemplan derechos sino también obligaciones como la prohibición de ‘revender’ ese carnet o esa entrada bajo sanciones graves. Está bastante claro que para la nueva junta la asistencia o no del socio abonado no supone la primera preocupación ni es una prioridad. Más bien todo lo contrario, prefiere que circulen cuantas más entradas mejor, salgan de donde salgan, con la particularidad, verdaderamente llamativa, de que no importa si quien se beneficia de un margen de sobreventa no es el FC Barcelona sino el intermediario.

Al final, los socios que reclamaron el uso de su abono en el partido del Getafe fueron 19.136 frente a una asistencia total de 26.543 espectadores, cuya procedencia sólo la conoce la administración barcelonista. Del 15% de las reservas, que desde luego no se explica a dónde van, del cupo de las agencias especializadas en el poco público extranjero que empieza a volver a Barcelona o de la venta en taquilla directa. Lo más probable será que no se detalle, mucho menos que lo haga Elena Fort. Lo único seguro es que la reventa a lo grande, extensiva y tolerada por la directiva, ha vuelto al Camp Nou.

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