Las pérdidas de 487 millones del Barça son las previstas

Laporta no ha querido aplicar ninguna medida de choque en una estrategia financiera inexplicable

Estimaciones de las pérdidas por la covid de los equipos la Liga (PWC)
Estimaciones de las pérdidas por la covid de los equipos la Liga (PWC)

Existe abundante y suficiente documentación para asegurar que, desde el inicio de la pandemia, clubes como el FC Barcelona y la Liga de Fútbol Profesional (LFP), además de consultorías especializadas, habían calculado acertadamente el enorme caudal de ingresos perdidos e irrecuperables consecuencia de la repentina interrupción de la explotación directamente vinculada a la competición.

La estimación de la junta directiva de Josep Maria Bartomeu a finales de la temporada 2019-20 cifraba, acumuladamente, un descenso de los ingresos de 550 millones entre la liquidación cerrada y las probables de la temporada 2020-21. Una estimación un poco corta porque, en aquel momento, el Procicat aún tenía esperanzas de una gradual recuperación de la actividad dando por supuesta la vuelta del público a los estadios a finales de 2020 o principios del 2021.

Esto significa que las pérdidas avanzadas por Joan Laporta de 487 millones de euros, en relación con el volumen de ingresos no registrados la pasada temporada, entran dentro de los parámetros más o menos previstos. En el FC Barcelona, el gigante de los clubes deportivos del mundo, estos parámetros son proporcionalmente impactantes, de la misma manera que cuando se pueda recuperar la normalidad también será de un enorme impacto la recuperación de los ingresos.

Las cifras avanzadas por los expertos de Josep Maria Bartomeu cuantificaron este descenso de las ventas de la temporada 2019-20 en las siguientes áreas: Estadio -67 millones; Comercial y BLM (camisetas, textil y merchandising) -72 millones; Traspasos y otras previsiones -29 millones, en total -168 millones. Para la siguiente, la previsión estuvo condicionada, presupuestariamente, por el margen de relativa recuperación de la normalidad, estimada así: Estadio -127 millones; Comercial y BLM (camisetas, textil y ‘merchandising’) -100 millones; Traspasos y otras previsiones -88 millones, en total -382 millones.

A esta previsión ha de añadirse el resto del diferencial inicialmente programado desde febrero, de los ingresos que tampoco se dieron. Está por ver el detalle de estos 487 millones anunciados por Joan Laporta, pero se adivina que en este cálculo deben contabilizarse también los gastos previsiblemente a reducir de la masa salarial, de un 15%, que no se negoció, lo que supone añadir unos 70 millones más a las pérdidas. Esto sin contar la merma de los contratos de esponsorización como el de Nike, que ha recortado su aportación al mínimo aferrándose a todas las cláusulas que le han permitido cerrar el grifo.

Un estudio de Price Waterhouse Cooper para la LFP también presumía, en el ámbito de clubes, una caída de los ingresos de 2.013 millones de euros, buena parte de los cuales, como también se ha encargado de repetir Javier Tebas, pertenecían al FC Barcelona. El ejercicio 2020-21, iniciado por Josep Maria Bartomeu, seguido por la Comisión Gestora -muy limitada en sus funciones- y cerrado finalmente por la junta directiva surgida de las elecciones del 7 de marzo, resultó convulso y sujeto a la toma de medidas de choque no adoptadas por quien podía tomarlas.

Bartomeu dejó sobre la mesa el Barça Corporate y la obligación de reducir la masa salarial en un 15% si las cosas se ponían feas. Por su parte, la Comisión Gestora sólo pudo poner en manos de los candidatos finalistas toda esta información, llena de advertencias y de sugerencias. El resultado fue que el ganador, Joan Laporta, guardó y cerró en el cajón todos aquellos avisos y recomendaciones, permitiendo, conscientemente, que las pérdidas excedieran o sobrepasaran todos los límites y prevenciones.

Laporta sabrá por qué. De momento, debido a su falta de previsión o por falta de atención, se le ha escapado Leo Messi, el mejor futbolista del mundo al que el propio Barça ha echado prometiéndole lo que no podía cumplir. Una afirmación, esta última, que contiene demasiados matices, entre ellos la renuncia a aceptar de la LFP 270 millones para encajar a Messi en el límite de la masa salarial.

Las razones objetivas de la negativa de Laporta parecen, sin embargo, pertenecer al género conspirativo más que al técnico-financiero. Laporta se ha visto frenado por el eje Madrid-Superliga y, de alguna manera, obligado a renunciar a Messi por razones de política institucional, como si todavía estuvieran a tiempo de salvar la Superliga. Si fuera así, el presidente de la Asociación de Clubes Europeos (ECA, por sus siglas en inglés) y jeque del PSG, Nasser Al-Khelaifi, tiene en su equipo a Neymar, Messi y Mbappé, estrellas que en ningún caso jugarán otra competición que no sea la Champions League. Y no será, en el caso de Messi, sólo para que el PSG tenga más dinero y menos control social. Messi se ha ido porque lo han enredado desde el Barça con los argumentos del Real Madrid a favor de su batalla contra la LFP.

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