Los tres festivales de música que se celebraron en Cataluña a principios de julio -el Vida, el Canet Rock y el Cruïlla– provocaron prácticamente el doble de contagios respecto al llamado grupo de control, formado por 50.000 personas que no van asistir a ningún festival. Se trata de las conclusiones a las que ha llegado un estudio coordinado por la Agencia de Salud Pública y que ha anunciado la secretaria del organismo, Carmen Cabezas.
De un total de 49.570 asistentes, 2.279 personas dieron positivo por covid durante los 14 días posteriores a los festivales; una cifra que supone 842 casos más respecto al grupo de control. En cuanto al riesgo de contagio, el estudio ha revelado que los asistentes tuvieron entre un 1,35 y un 2,6 más de posibilidades de infectarse en comparación con la población general. Cabezas también ha explicado que 271 personas entraron en los festivales saltándose la cuarentena, a pesar de haber dado positivo en el test de antígenos previo.
La secretaria de Salud Pública ha insistido a contextualizar los datos y ha aclarado que los acontecimientos tuvieron lugar al mismo tiempo que el incremento de la variante delta: «Unos 800 casos extras en el marco de la quinta ola, en el que teníamos 8.000 al día y muchos más brotes, como los de Mallorca y Menorca y los vinculados a las fiestas de graduación, es una contribución más pero entre muchas otras. Fue un factor más, sí, pero no un hiperdiseminador, con 800 casos de 50.000 asistentes«.
En cualquier caso, Salud ha reconocido que los negativos de los tests de antígenos causaron «una falsa sensación de seguridad», y que los asistentes «bajaron la guardia». Por ello, Cabezas ha admitido que «en la actual situación epidemiológica, estos festivales no se pueden hacer de pie. Es necesario que el público esté sentado, debe garantizarse la distancia siempre».
