El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, y la consejera de la Presidencia, Laura Vilagrà, están enfadados con el presidente del gobierno central, Pedro Sánchez. Los dos presidentes habían pactado poner en marcha la comisión bilateral antes de las vacaciones de verano, para poner en marcha las negociaciones de cuestiones pendientes y, así, dejar para septiembre la reactivación de la tabla de diálogo relacionada con el proceso.
Ahora, pero, con el cambio de ministros, entre ellos el titular que tiene que capitanear la parte española de estas negociaciones, desde Madrid avisan que todo se puede retrasar. Pere Aragonès se siente toreado por Pedro Sánchez. Algunos ya lo habían avisado.
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