El gerente de la XAL se va después de que denunciaran a Antifraude el nuevo cargo que se había creado para él

Xavier Escribà ha enviado una carta a los trabajadores de la Xarxa Audiovisual Local en la que afirma que "la burocracia administrativa ha acelerado esta despedida"

El gerente de la Xarxa Audiovisual Local (XAL), Xavier Escribà Vivó, ha enviado, este jueves 1 de julio, una carta a los trabajadores de esta entidad, que gestiona los medios de comunicación de la Diputación de Barcelona, ​​donde anuncia que deja el cargo. Los estatutos de la XAL fijan, en su artículo 18, que los gerentes pueden estar un máximo de ocho años ejerciendo esta función: «Los periodos de contratación no podrán exceder de cuatro años y podrá ser renovado sólo una vez por un máximo de cuatro años más». La XAL, sin embargo, decidió crear un cargo a medida para él para que continuara formando parte de la estructura directiva de la empresa: «Jefe del área de Economía y Gestión de los Servicios Generales en la Xarxa Audiovisual Local SL”.

Era un cargo que, por las condiciones que requería, era evidente que estaba pensado para él, pero la convocatoria del concurso para ocuparlo fue denunciada ante la Oficina Antifraude y esto ha forzado la decisión de Escribà de abandonar la XAL . Se trataba de una plaza en una área que no existe en el actual organigrama. En las bases de la convocatoria se especificaban las condiciones que debía cumplir este nuevo «jefe de servicio» y eran extremadamente concretas. En una primera fase de aceptación de currículos de posibles candidatos se fijaba como uno de los méritos principales el «tiempo de servicios efectivos prestados a la XAL en lugares relacionados con la gerencia, dirección, planificación económica y/o contratación y/o similares». Por este apartado un candidato podía conseguir hasta 30 puntos. Sólo pasaban esta primera fase los candidatos que superaran los 25 puntos. Los que lograsen superar el primer corte debían presentar una memoria «del que considere mejor proyecto de gestión, planificación económica, mejora empresarial y/o similar relacionado con los ámbitos a desarrollar en el puesto a cubrir». Una prueba nada complicada para quien ha estado en la dirección de la empresa en los últimos ocho años.

El trámite continuaba para los candidatos que superasen la fase anterior con una entrevista sobre las tareas a desarrollar en el puesto a cubrir, como ámbitos de actuación de la XAL, marco de actuación en el sector audiovisual y sobre normativas de contratación pública, económica y financiera, contable y laboral. Todo este proceso, además, sería supervisado por un tribunal evaluador integrado por un representante de la Diputación, el jefe del área de estrategia de la XAL (del actual equipo de dirección del que ha formado parte Escribà), un responsable de los servicios jurídicos y el jefe de recursos humanos de la XAL (que, según el organigrama, es un subordinado del actual gerente). La única posibilidad que había que Xavier Escribà no obtuviera el cargo es que no se presentase. Tenía tiempo hasta el día 27 de mayo. La otra posibilidad, que ni la XAL ni Escribà habían contemplado, era la denuncia de la creación del cargo ante la Oficina Antifraude.

En la despedida de los trabajadores, Escribà acaba pidiendo disculpas por no haberse dirigido individualmente a cada uno de ellos, «pero la burocracia administrativa ha acelerado esta despedida». Algo más que la burocracia ha influido en su marcha de una entidad a la que llegó de la mano de Francesc Pena, cuando Convergencia Democrática se hizo con la presidencia de la Diputación. Una de sus primeras actuaciones fue firmar los despidos de los periodistas considerados progresistas de la emisora ​​de radio de la corporación provincial. Es un hombre vinculado a la línea más fanática de JxCat, como se constata viendo su perfil de Twitter, encabezado por una imagen de los dirigentes independentistas presos y los fugados de la justicia, con un rótulo en inglés pidiendo su libertad. Retuitea sistemáticamente los mensajes de Carles Puigdemont, José Antich, Lluís Llach, Laura Borràs o el Consell per la República Catalana. Su avalador, Francesc Pena, se mueve por los departamentos de Comunicación del partido JxCat y de su grupo en el Parlament y aspiraba a ser secretario de Difusión de la Generalitat, cargo que no ha obtenido. JxCat deberá buscar ahora colocación para ambos.

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