Hace ya muchos años que vengo siguiendo y analizando ciertos programas de TV3. A veces, o a menudo según para quién, se hace crítica de un cierto «sectarismo», en relación a aspectos políticos. Pero, atención, también se puede hacer ideología o crear opinión mediante programas menos llamativos, polémicos o ideológicos, o que no son de prime time. De hecho, incluso haciendo supuesta pedagogía se puede hacer ideología. En este sentido TV3 es realmente una artista creando opinión sin tener que bajar a la manipulación burda y pija de otras televisiones. Es esta sutileza jesuítica la que la hace más peligrosa.
En relación al caso que nos ocupa, hace años que vengo siguiendo programas que para otros analistas o críticos serían menores. En relación a temáticas de medio ambiente y cambio climático, en concreto. Hace años que analizo la tarea que hace el programa El Temps (que si ya era un habitual, mañana, mediodía y noche, con el 3/24 resulta omnipresente), y como lo ha ido modulando el impertérrito, vitalicio, risueño y meteorólogo jefe, que ha trascendido a siete gobiernos de la Generalitat. No todo el mundo puede decir lo mismo. Al igual que el epidemiólogo en jefe del gobierno de EE.UU. Anthony Fauci, que ha trascendido a siete administraciones (republicanos y demócratas). En estos momentos, ya es de dominio público su buena relación con las Big Pharma y otros lobbys de multinacionales de la Biotecnología.
Es evidente pues, que son los poderes fácticos, más allá de partidos y gobiernos, los que influyen, deciden, nombran, mantienen,.. en este caso en la TV, sea personas, programas, reportajes, o líneas de contenidos a destacar o a silenciar.
Después de un montón de años, el trabajo de relativización del cambio climático a través d’El Temps, se ha logrado con creces. Casi podríamos decir que está amortizado. Pero como resulta que el cambio climático y las problemáticas de medio ambiente aumentan y aceleran, los ideólogos y editores de la casa también tienen que ser más imaginativos y creativos produciendo nuevos formatos o programación transversal, que vaya más allá d’El Temps o programas de divulgación «ambiental».
Sería el caso, y esto poco a poco nos llevará al hilo de este artículo, de una periodista de la casa que poco a poco con programas naturalistas, reportajes locales y comarcales, sobre temática animalista, conservacionista, paisajista, etc. y yendo ampliando poco a poco el foco, con apoyo de los editores, se ha ido creando un agujero y le han ido creando un producto, que hoy supera ya el nivel de creación de opinión que durante años ha tenido El Temps. Tanto es así que esta joven periodista, especializada en «medio ambiente», escribió sea o no por encargo y con patrocinio y gran difusión de la misma TV3, un libro divulgativo sobre cambio climático, que prácticamente ha contraprogramado uno de los mejores libros que en mi opinión se han publicado últimamente sobre el cambio climático en Cataluña: «La emergencia climática en Cataluña: revolución o colapso». Es obra de un periodista también, escritor, ecologista de primera hornada (hace 40 años), ex-diputado y consultor ambiental, Santiago Vilanova. Un libro, casi un tratado, que parece ser debe haber molestado en cierto establishment y que se trataba de silenciar, magnificando en cambio lo que se supone nos teníamos que comprar todos el último Sant Jordi…
Prefiero hablar de una tercera persona y de otro libro, que no del que escribí yo mismo hace poco, una exclusiva europea, que no ha merecido tampoco, en este caso a nivel de comarcas de Girona, el beneplácito y el visto favor de algunas redes, ONG y organismos, que se arrogan la representación del «medio ambiente» en Girona.
Pero vayamos al tuétano del tema. Hoy la gran plataforma de creación de opinión «naturalista», es el programa Comarques de TV3, un programa generalista, ciertamente, no temático, ni de medio ambiente, pero que los productores o editores han convertido en el buque insignia de la creación de opinión de «medio ambiente», que en realidad informa, forma y deforma, sobre el medio natural. Por contraste, sustituyendo o no potenciando a los auténticos. A destacar y recordar uno de los mejores programas de medio ambiente de TV3, que durante 22 años fue una referencia con premios europeos incluidos, el programa Medi Ambient que se emitía justo antes del TN del mediodía y de una duración de ¡¡¡tres minutos!!! Al parecer tres minutos eran demasiados par los poderes fácticos de la época (una época que perdura aún hoy). ¡Un reconocimiento a su director Xavier Duran!
Queda claro pues, que no es una maniobra orquestal de ahora, pues viene de lejos, pero ahora hay que actualizar y modernizar, poner al día y tener más minutaje, pues los retos que tenemos encima sobre descarbonización de la economía son tan enormes y vamos tan atrasados que la presión y contradicciones hacen cada día más insoportable seguir manteniendo la ficción de que «vamos a salir adelante» (típico axioma de la casa), sin pagar ningún precio (y es aquí donde se dirige la creación de opinión), o sea, como siempre, «hacer ver que hacemos» ocultando lo que se debería hacer (y algunos hacen y hacemos, por cierto).
Se trata de crear un movimiento astroturfing (un movimiento artificial, generado por una fuerte alarma social inducida, a fin de desviar la atención de movimientos reales, -que podrían poner en cuestión el sistema-, ya la vez dar respuesta a la problemática generada). Un viejo adagio «político» ya dice «crea un problema y da la solución». Es un gran negocio… Es por ello la creciente «sensibilidad», que en algunos casos llega a alarma social, TV3 marcando la pauta, sobre el medio natural, el paisaje, la biodiversidad, la flora y fauna amenazada, la protección de la naturaleza, las aves migratorias, las tortugas, las águilas perdiceras, las nutrias, los pájaros, el rescate de animales, los huesos, los murciélagos,…. en fin, sería interminable la sensibilidad animalista y paisajista que se quiere extender como una mancha de aceite, y que se está convirtiendo en pensamiento único políticamente correcto. Problemáticas que no negamos, lo que cuestionamos es su inflamación y descarada instrumentalización para otros fines.
Asociar estas temáticas a medio ambiente es una falsificación y un secuestro del concepto medio ambiente. He insistido repetidamente sobre esta tergiversación, para que el medio natural quede destacado e interpretado como medio ambiente, mientras el medio ambiente humano, la salud humana, la salud ambiental, el medio ambiente como derecho humano, las enfermedades provocadas por la contaminación ambiental, química, electromagnética, lumínica, acústica, etc. las alergias provocadas tanto por el aumento de temperaturas como de partículas en suspensión, las muertes prematuras de personas (por tanto la morbilidad y la mortalidad), etc. queden relativizadas. En muchos casos silenciadas o ignoradas (claro, luego aparecen las «enfermedades raras»).
Obviamente si todos estuviéramos preocupados (este es el objetivo) por proteger a las águilas perdiceras o un paisaje natural de postal, nos estaríamos alejando de la lucha por la reducción de combustibles fósiles o blindar y garantizar el cierre de las nucleares. De rebote, no hace falta decirlo, se pone en cuestión la idoneidad del desarrollo de las energías renovables y sus supuestos perjuicios. Recordemos unas palabras de Teresa Jordà (hoy nueva consejera de Acción Climática) o de Damià Calvet (ex-consejero de Territorio y Sostenibilidad), cuando con poco tiempo de diferencia (ver declaraciones a hemeroteca), decían que preocuparse excesivamente por la conservación del águila o el paisaje, sin hacer nada para mitigar el cambio climático, «nos llevará, entre otras muchas cosas, a no tener ni águila ni paisaje». Y acabaré, remachando todo lo expuesto, tirando de hemeroteca también, con Xavier Duran: «Quien se crea que el medio ambiente es sólo tener una naturaleza muy bonita se equivoca. El medio ambiente se allí donde nos movemos todos: es ocuparse de la salud, de la economía, de la política, de hacia dónde queremos que vaya la sociedad y cómo queremos organizarla, en beneficio de todos».
