Jordi Cuixart ha desencadenado entre independentistas de la línea dura una avalancha de comentarios negativos y de incredulidad en las redes por haberse abrazado con Miquel Iceta, exjefe de filas del PSC y actual ministro de Política Territorial y Función Pública del gobierno de España.
De hecho, como muestran las imágenes emitidas por televisión, Cuixart tomó la iniciativa de ir a saludar a Iceta y de abrazarlo durante el acto de toma de posesión de Pere Aragonès com a president de la Generalitat.
El gesto ha generado perplejidad, indignación y críticas, algunas de las cuales sobre una supuesta falta de dignidad por parte de Cuixart, ya que el sector duro del independentismo no acepta que el presidente de Òmnium Cultural, que perdió la libertad en 2017 y fue condenado a nueve años de cárcel como culpable de sedición por el Tribunal Supremo, se abrace con uno de los principales dirigentes políticos críticos con el independentismo, que fue el jefe de filas socialista durante la fase caliente del procés, y a quien se ha señalado de de sectores independentistas como un represor.
Sin ir más lejos, la dirigente de JxCat Elsa Artadi ha explicado que le generaba «complicación el hecho de que los que han sido actores del 155 y son actores de la represión estén de alguna manera presidiendo un acto de reafirmación del autogobierno».
También han recibido críticas de independentistas de la línea dura personajes de la política catalana que han mostrado apoyo a Cuixart después del abrazo a Iceta, como la exdiputada de la CUP Mireia Boya y el futuro consejero, y exPSC, Joan Ignasi Elena.
