En el pleno de investidura, el líder del grupo parlamentario del PSC-Units per Avançar, Salvador Illa, ha respondido con contundencia al candidato a la presidencia Pere Aragonès, que poco antes se había marcado como objetivo primero de legislatura culminar la independencia de Cataluña: «Esto no pasará, lo sabe todo el mundo». Y le ha recordado también que esta promesa, esta hoja de ruta, acaba generando «frustración».
En un tono amable, pero firme, Illa cree que el pacto de gobierno entre Esquerra y Junts per Catalunya es de «conveniencia» y reprocha a Aragonés que olvide la mitad de los catalanes cuando durante su discurso se ha comprometido a «culminar» la independencia.
Ha sido especialmente crítico con la demora del plazo para formar el nuevo ejecutivo. Así, recuerda los recovecos de las negociaciones, con ultimátums, roturas y pactos de última hora. Illa se ha referido a la renuncia de Elsa Artadi a entrar en el Govern como ejemplo de la «falta de confianza» que genera el Ejecutivo que presidirá Aragonès, a quien recuerda que ha visto mermada su «autoridad».
Por otro lado, Illa ha hecho dos peticiones a Aragonés. En primer término, le pide que levante el «veto» al PSC fijado desde las elecciones. «Le pido que comience su presidencia levantando este veto», afirma. Y, en segundo lugar, se ha ofrecido para colaborar con el Govern en la lucha para combatir la pandemia, además de ser un actor en los espacios de consenso que plantee la Generalitat, como los pactos nacionales en materia social y económica .
Illa ha optado por un tono constructivo en la carpeta social y no ha ahorrado elogios a los avances del proceso de vacunación en Cataluña, con referencia explícita a la consejera de Salud en funciones, Alba Vergés, unos elogios que no han merecido el aplauso de una parte de los diputados de Junts y de la CUP.
