Manuel Valls tiene decidido volver a la política francesa, pero aún sigue siendo concejal en el Ayuntamiento de Barcelona. Por ello, encabeza una negociación para no dejar abandonados a sus principales colaboradores. Su relación con Ciudadanos, la formación cuya la candidatura en Barcelona lideró en 2019, es nula. Además, es un partido en descomposición y Valls y lo suyos no se quieren atar a ella. Algunos de sus concejales, incluso, ya cuentan que han encontrado trabajo fuera de la política.
A estas alturas hay dos partidos que se disputan acoger a los colaboradores más estrechos de Valls: el PP y el PSC. Del primero ya forma parte, formalmente como independiente, Eva Parera, que compagina el acta de diputada en el Parlamento de Cataluña con el asiento de regidora. La propia Parera ha dejado claro que unificará sus mensajes, por lo que el PP gana de rebote una concejal en Barcelona, por más que no lo sea formalmente, de momento. Siguiendo los pasos de Parera, se marcharían al PP sus colaboradores en el Ayuntamiento.
Por otra parte, estrechos colaboradores de Valls estarían negociando con los socialistas incorporarse al partido que el propio Valls dijo que había votado el pasado 14 de febrero. Además, algunos de estos ya habían militado en el PSC. A pesar de ello, el PSC no les aseguraría un futuro político, pero sí mantendría a estos asesores de Valls en el Ayuntamiento de Barcelona entre sus filas hasta acabar la legislatura.
Falta por ver si Valls termina el mandato en 2023 o si deja el acta de concejal antes. Hay que tener en cuenta las elecciones presidenciales en Francia, en las que Emmanuel Macron puede tener de rival a Marine Le Pen. Valls se incluiría entre los apoyos de Macron para hacer un frente demócrata contra la ultraderecha.
