«Independencia» y «Consumits pel foc»

Dice Javier Cercas que «cuando conviertes un problema en un sentimiento, lo vuelves irresoluble, como con el procés». Y de eso parece que va «Independencia», la última novela del escritor «extremeño catalanizado o catalán que no acierta a dejar de ser extremeño (o al revés)», como suele definirse él mismo. Ha sido uno de mis libros escogidos en el Sant Jordi de este año. No se trata de una elección política. A Cercas le compro parte de su discurso, pero no todo. La elección es literaria, solamente. Cercas escribe como los ángeles, si es que los ángeles escriben muy bien. En mi modesta opinión, es de los mejores, y, desde «Soldados de Salamina» que me tiene atrapado.

Aparte, me gusta la gente que, comparta o no su discurso, va de cara y expresa sin rodeos lo que piensa. Y Cercas lo hace, sin importarle demasiado o nada las consecuencias de la sinceridad. Ni que decir que lamento y condeno los linchamientos que una minoría de la bancada independentista le dispensa a menudo. El artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos dice: «Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión».

La otra elección ha sido «Consumits pel foc», de Jaume Cabré. El de «Les veus del Panamo» y «Jo confesso» es otro de los grandes y, si presenta novedades, compra obligada de Sant Jordi. Cabré, como Cercas, suele decir lo que piensa, sea esto incómodo o no para la humanidad que piensa diferente. También le compro parte de su discurso, pero no todo. Pero tampoco he comprado su última novela por su igualmente legítimo pensamiento, lo he hecho porque, como Cercas, escribe como los ángeles, si es que los ángeles escriben muy bien.

Me gusta Sant Jordi porque sitúa en un mismo mostrador Cercas y Cabré, con igualdad de condiciones, sin importar que uno no sea independentista y el otro sí, unidos sólo por su calidad literaria, el uno en castellano y el otro en catalán. El uno a las antípodas ideológicas del otro, probablemente, pero unidos ambos por la excelencia creativa y la virtuosidad escritora. Y con ellos, en el mostrador de Sant Jordi, también una legión casi interminable de escritores, algunos mejor que otros, pero todos en el mismo y democrático mostrador. Usted decide si compra Cercas o Cabré, o, en mi caso, Cercas y Cabré. Ayer fue Sant Jordi y pudimos visitar, este año sí, el mostrador de los libros que lleva la senyera como falda, con mascarillas, distancias de seguridad y toda la mandanga de la nueva realidad, pero lo pudimos hacer gracias a Sant Jordi.

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