Joan Laporta se cargó la Superliga con un chivatazo a Javier Tebas

'The York Times' ha revelado que su indiscreción al presidente de la Liga de Fútbol Profesional provocó la estrepitosa derrota del proyecto de Florentino Pérez

Joan Laporta, votando en las elecciones que llevaron de nuevo a la presidencia del Barça
Joan Laporta, votando en las elecciones que llevaron de nuevo a la presidencia del Barça

Generosamente, The New York Times califica como una «torpeza» de Joan Laporta la sospechosa e inequívoca actuación del presidente del FC Barcelona advirtiendo al presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), Javier Tebas, de los planes del G-12 del fútbol europeo de hacer saltar la banca con la inminente puesta en marcha de la Superliga.

Según esta información, las revelaciones de Joan Laporta a Javier Tebas, y se comenta que también al presidente de la UEFA, Aleksander Ceferin, que habría obtenido de la misma fuente una filtración sobre el motín de los más poderosos del fútbol, como consecuencia del presunto desliz de Laporta habrían precipitado los hechos, pero, sobre todo, habrían permitido a las Ligas profesionales, a la UEFA y a la FIFA preparar su demoledor contraataque, coordinado también con los gobiernos de los países más futboleros, sofocando de raíz la rebelión de los clubs más ricos.

Visto el comunicado de ayer del FC Barcelona, que viene a justificar todas las posturas, disculparse por todo y con todo el mundo y a adoptar una confusa posición de estar a favor y en contra de absolutamente todo, no caben dudas del papel de espía doble jugado por Joan Laporta.

El presidente azulgrana deseaba la Superliga para salvar la desesperada situación económica del Barça en la misma magnitud que debía rechazarla por la obediencia debida a dos de sus grandes protectores de esta vuelta al palco del Camp Nou, Javier Tebas y Jaume Roures. A ambos les ha de agradecer el milagro del aval, motivo más que suficiente para haber jugado esta partida a dos bandas.

Por un lado, el Barça suscribió su adhesión firme al proyecto de la Superliga con una cláusula de supeditación a la aprobación de los propietarios del club, la asamblea de socios. Por otro, sabiendo que el golpe de Estado podía cambiar y destrozar las estructuras tradicionales del fútbol para siempre, Joan Laporta se quiso cubrir las espaldas actuando como el chivato para la LFP y la UEFA.

Un papel poco digno, inaceptable, que le ha llevado a él y al club a un callejón sin salida en el que ni lidera ni da la cara y además ahora ha de aparecer ante el mundo como el lugarteniente de Florentino Pérez que ha traicionado a la causa. Como el rey emérito en el 23-F, el ahora presidente emérito del FC Barcelona ha caminado sobre el alambre intentando disimular su verdadero papel de delator.

La prensa norteamericana, que bebe en las fuentes del banco de inversiones JPMorgan, ha destapado que el fracaso de la operación está relacionado con la indiscreción, por llamarlo de alguna forma, de Joan Laporta. La revelación explica el silencio personal de Laporta y, en conjunto, el quietismo y el perfil bajo del Barça, que no contaba con ninguna vicepresidencia después de su inequívoco comunicado de adhesión.

Sigue siendo extraordinario el esfuerzo de la prensa laportista, generalizada, por blanquear el fracaso del presidente del FC Barcelona, atado al de Florentino Pérez. En una pirueta sin precedentes, los medios catalanes están destrozando a Florentino Pérez por hacer el ridículo con su apuesta y obstinación en salvar la Superliga y están salvando a Laporta por lo mismo.

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