Joan Laporta se hunde en el ‘barco pirata’ de la Superliga de Florentino Pérez

Los periodistas adictos al presidente del FC Barcelona ya no saben qué decir

Joan Laporta
Joan Laporta

Aunque ya circulan informaciones que apuntan a la inminente deserción del FC Barcelona de lo que queda de la Superliga, Joan Laporta ya ha cruzado ese umbral del ridículo en el que ya no hay vuelta atrás para el FC Barcelona.

El sábado pasado, antes de la celebración de la Copa del Rey, el presidente del Barça firmó la adhesión al proyecto de la Superliga siendo su directiva plenamente consciente del desafío que suponía, del riesgo al que se exponía y de la magnitud de la aventura a la que se veía arrastrado de la mano del presidente del Real Madrid, Florentino Pérez.

No hubo matices ni explicaciones. El FC Barcelona apareció como uno más de los 12 clubs amotinados en un pulso a la UEFA y la FIFA nunca antes planteado al margen del marco asociativo y jurídico de los organismos internacionales que regulan el fútbol.

Con el paso de las horas, el Barça no ha sido ni el más valiente, tímidamente escondido en el grupo y detrás del capitán Florentino Pérez, pero sí uno de los que ya de forma ridícula sigue tocando en la orquesta mientras la Superliga naufraga estrepitosamente.

Todo sugiere que Joan Laporta le debe favores a Florentino, tales como que le dejara colgar la pancarta del éxito electoral al lado del Bernabéu, y que en el fondo se creyó de cabo a rabo el cuento del presidente del Real Madrid, que le prometió una lluvia de millones y le aseguró que en esta revolución lo tenía todo atado y bien atado.

De otro modo, Joan Laporta lo tenía muy fácil, sólo debía romper y rechazar un proyecto validado en su día por Josep Maria Bartomeu y, de paso, enfrentarse al Real Madrid por el liderazgo, la credibilidad y el prestigio en la élite del fútbol europeo.

A estas horas, ya por poco tiempo, ya sólo quedan en la frustrada y frustrante Superliga el Madrid, Barça y Juventus, abandonados a una condena pública por tener presidentes temerarios, imprudentes y verdaderamente negligentes.

Inimaginable hasta qué punto está atado Laporta a Florentino Pérez para seguir en este barco pirata que, además, le obliga a actuar contra los intereses de su amigo Javier Tebas, el que le validó el aval del último segundo sin ni siquiera mirarlo, y de uno de sus avalistas, el tentacular y poderoso Jaume Roures, al que se le hubiera caído el invento si la Superliga hubiera salido adelante.

Su prensa más fiel y adherida ya no sabe qué excusas plantear ni qué decir sobre este paso en falso histórico, reflejo de la poca personalidad de un presidente del Barça pusilánime y convertido en un peón de la guerra de Florentino Perez, y en un oportunista, desesperado y cínico fan del equipo que le dejó Josep Maria Bartomeu, con Ronald Koeman al frente, que acaba de proclamarse campeón de Copa y va a por la Liga.

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