El Barça tiene muchos problemas para sumarse a la Superliga que promueve Florentino Pérez

Los socios, propietarios del club azulgrana, todavía tienen que pronunciarse

Florentino Pérez
Florentino Pérez

Para el Barça, el desafío de la Superliga no es igual que para el resto de equipos. El motín de los clubes más poderosos del mundo, doce de momento, pasa por la capacidad de decisión de sus propietarios, básicamente financieros y millonarios que directamente o mediante administradores solo necesitan ofrecer a sus accionistas dividendos y una buena gestión económica. No tienen que rendir, como en el caso del club azulgrana, cuentas a nadie que no sea su propio bolsillo o su consejo de administración.

A pesar de que el Real Madrid aparece con una estructura social idéntica a la del FC Barcelona, en la práctica su presidente actúa como propietario a todos los efectos. La prueba es que acaba de revalidar su enésimo mandato sin oposición ni candidatura rival que se haya atrevido a enfrentarse al poder de Florentino Pérez. Pero, sobre todo sin contestación interna, sin vida social prácticamente.

Por eso Florentino Pérez ha ido mucho más allá de apoyar esta iniciativa, la ha liderado junto con el exrepresentante de la Juventus en la ECA, organismo que también ha dejado de tener razón de ser para seguir existiendo.

La guerra con la UEFA y la FIFA llevará a estos clubes que han roto la baraja a una situación extrema en la que el Barça se puede ver obligado a tomar decisiones muy comprometidas de futuro. Lo que no está del todo claro es que la directiva de Joan Laporta pueda adoptar medidas extremas sin pasar por la asamblea o sin tiempo para que éstas puedan ser sometidas al órgano soberano que tiene que dar luz verde a la cesión de determinados activos de club.

La directiva del FC Barcelona tiene limitaciones estatutarias muy importantes, responsabilidades ante los socios y ante la asamblea y una comisión económica estatutaria de control.

No es un movimiento ingenuo de cambio de formato, la Superliga es la guerra, la revolución de poner al Barça y al resto de equipos en un universo donde por ahora es incompatible Liga española y Superliga. Los enemigos que hasta ahora no tenía el Barça, como la Liga de Fútbol Profesional de Javier Tebas o la Federación Española de Luis Rubiales, lo son a partir de ahora como lo eran ya del Madrid, que igualmente sigue controlando el VAR. El Barça no es igual que el resto de clubes que promueven la Superliga. Es más frágil de lo que parece.

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