El expresidente de la Generalitat Quim Torra se muestra decepcionado con la política y asegura que le aburre. En su libro de memorias sobre su paso por la Casa de los Canonges durante los primeros meses de la pandemia de la covid-19, Torra afirma que se desconectaba de las reuniones de dirección de Junts per Catalunya porque consideraba que eran una pérdida de tiempo, y que los asuntos que se trataban no le interesaban.
En varias entradas de Las horas graves. Dietario de Canonges (Símbolo editores), Torra dice que sale de la reunión telemática -no se hacían presenciales-, ya que los asuntos de los que se está hablando los considera del nivel de una tertulia. Torra cree que el único ámbito comunicativo donde sobrevive la libertad de opinión es Twitter, dado que, para él, los medios de comunicación, incluidos TV3 y Catalunya Ràdio, están en contra de la independencia de Cataluña.
Durante los tres meses que detalla el dietario, Torra se muestra muy pesimista. Incluso reconoce que entra en una depresión de la que fue tratado médicamente, circunstancia que no favorecería una buena gobernabilidad en un momento en el que debía tomar decisiones duras.
Torra no se ha adherido a Junts per Catalunya ni forma parte del Consell per la República. En su pasado político consta que militó en UDC y en Reagrupament, aunque sin ser dirigente.
Torra es el único presidente de la Generalitat que no tenía adscripción política concreta en el momento de su elección, la primavera de 2018. Quizá por eso le aburrían las reuniones de la dirección de JxCat, y quizá por eso ha declinado formar parte de este partido. Al menos, de su dirección. Eso sí, Torra ha sido dirigente de Òmnium Cultural, entidad cuya presidencia provisional ocupó entre el fallecimiento de Muriel Casals y la elección de Jordi Cuixart.
