El candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat, Salvador Illa, se ha comprometido a trabajar para construir y liderar una alternativa de gobierno a la vía independentista encabezada por ERC, durante su intervención en el pleno de investidura de este martes. En este sentido, ha afirmado que los socialistas «somos garantía de solvencia y buen gobierno», y se ha tratado de posicionarse como un presidente que pensaría en todos los catalanes.
Illa ha acusado a ERC y Junts de gobernar «sólo para una parte del país», y les ha sugerido, sobre Cataluña, que «tal vez sería bueno que no la amaran tanto, y la amaran mejor». Contra el candidato a la investidura, Pere Aragonès, ha argumentado que no quiere gobernar para todos esgrimiendo que «vetó a la socialdemocracia catalanista», en referencia al PSC. Además, le ha responsabilizado «de abocar al país al horizonte de nuevas elecciones«.
El candidato socialista ha reprochado «lo peor de la política» a las fuerzas independentistas, «la incapacidad querida de ser útil a los ciudadanos», y ha situado al aspirante de ERC como perdedor en cualquier caso, ya que considera que sólo puede ser el «vicario» del Consell per la República, si finalmente cierra un acuerdo con Junts, o la víctima de una «humillación» por parte de la formación del expresidente catalán Carles Puigdemont, si no sale elegido.
Illa ha atribuido al independentismo «la repetición de un error basándose en una gran mentira», en la que enmarca una «mayoría ficticia del 52%», que juzga «insuficiente para cualquier proyecto rupturista» porque «corresponde a menos del 25% del censo», así como» instituciones ficticias» que ha situado fuera de «nuestro marco de convivencia», como el Consell per la República, «planteamientos unilaterales disfrazados de derechos ficticios», y la vinculación de avances sociales a «planteamientos rupturistas» que considera insolidarios y, por ello, incompatibles con «los valores de la izquierda».
