Puigdemont condiciona el apoyo a Aragonés al control de la CCMA y a que se potencie el ‘Consell per la República’

El expresidente quiere que el gobierno de la Generalitat esté fiscalizado por el organismo que preside y que la dirección de los medios públicos esté en manos de alguien de su confianza absoluta

Las dos condiciones principales que obstaculizan el apoyo de JxCat a la investidura de Pere Aragonés como presidente de la Generalitat afectan dos organismos: la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA) y el Consell per la República. El partido que preside Carles Puigdemont exige que la CCMA esté presidida por una persona de su absoluta confianza y que el Consell per la República tenga un papel destacado en la dirección política del país.

Puigdemont pretende que el Consell per la República se convierta en una especie de gobierno de la Generalitat en la sombra. Aunque cuando lo presentó en sociedad anunció la voluntad de que este organismo contara con un millón de afilados, de momento tiene cerca de 93.000. Cada uno de los miembros del Consell debe pagar 10 euros al año, lo que supone cerca de un millón de euros que se escapan al control de la Hacienda pública española y con el que sus directivos pueden hacer los gastos que crean oportunos, ya que no están sometidos a ningún tipo de transparencia y supervisión por parte de quienes hacen estas aportaciones.

Por otra parte, el control de la CCMA se ha convertido en una guerra abierta entre JxCat y ERC. Desde JxCat se acusa al director de TV3 de haber decantado este medio público a favor del partido de Oriol Junqueras. De hecho, Puigdemont lo que quiere controlar es TV3. Creía que lo hacía cuando Artur Mas colocó a Vicent Sanchis como director. En el reparto de cargos directivos entre el mundo postconvergente y ERC, los primeros propusieron a Sanchis para dirigir TV3 mientras los republicanos colocaron a Saül Gordillo al frente de Catalunya Ràdio. La presidencia de la CCMA ha estado en manos de JxCat en todo momento: primero Brauli Duart y en los últimos años, Núria Llorach.

La negociación para repartirse el pastel de TV3 y Catalunya Ràdio se hace ignorando las quejas de los trabajadores de estos medios, del Colegio de Periodistas y de las facultades universitarias de Comunicación, que reclaman que se despolitice su gestión. Si Aragonés quiere ser presidente de la Generalitat parece que tendrá que aceptar que Puigdemont elija a los máximos responsables de la CCMA y saque el máximo provecho personal, político y económico de su Consell per la República.

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