ERC y la CUP han suscrito un preacuerdo para la investidura de Pere Aragonès como próximo presidente de la Generalitat que incluye una cuestión de confianza a medio mandato y el establecimiento de un plazo límite para la mesa de diálogo con el gobierno español, que se agota en dos años.
De este modo, la CUP se compromete a otorgar un margen a la mesa de diálogo entre representantes de la Generalitat y del Gobierno, y sólo se plantea formar parte de ella si se alcanzan los objetivos de la autodeterminación y la amnistía.
Una de las novedades es creación de un órgano de coordinación independentista, que se encargará de resolver las diferencias que surjan entre los partidos, y de aplicar los consensos que se logren.
En cuanto al Consell per la República, promovido por el expresidente Carles Puigdemont, el preacuerdo ERC-CUP lo subordina a una mesa de coordinación estratégica, que ejerce esta función entre los espacios independentistas existentes, entre los que también está la asamblea de cargos electos.
El documento generado por ERC y la CUP contempla como escenarios que la mesa de diálogo con el gobierno español dé los frutos que desean, y que fracase en ese sentido. En el segundo caso, estos dos partidos se comprometen a generar las condiciones de un «embate democrático», cuyas características señalan que deberá concretar «el conjunto del independentismo», recoge Europa Press.
