La semana pasada, Felipe VI visitó Cataluña para asistir, junto con el presidente español, Pedro Sánchez, a un acto en la Seat. El acontecimiento coincidía con el anuncio del Gobierno del Estado y la compañía de hacer una apuesta por el coche eléctrico y la fabricación de baterías, cosa que venía a suplir el vacío que dejó la marcha de Nissan.
Hasta el último momento, mucha gente –incluyendo los directivos de Seat– pensaba que alguien de la Generalitat asistiría, a pesar de la presencia del Rey, para apoyar a la inversión anunciada. Finalmente, no fue nadie del Gobierno, pero, misteriosamente, muchos de los asistentes dicen que parece que hubo discusión interna sobre si hacía falta o no ir.
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