Oficialmente, Joan Laporta es un “enemigo” del emirato de Qatar y fue muy crítico con el acuerdo firmado por el club para que, durante la presidencia de Sandro Rosell, el Barça llevara en la camiseta el patrocinio de la línea aérea de este país, Qatar Airways.
Esta oposición la explicitó a través de dos tuits, que llevan fecha de 22 y 24 de junio del 2015, en la precampaña de las elecciones a la presidencia del Barça que perdió estrepitosamente frente a Josep Maria Bartomeu.
“Somos los de Unicef. Qatar basa sus proyectos en el dinero, piensan que todo se puede comprar. Nosotros pensamos que no todo es el dinero”, decía en un tuit. “Tenemos muchas posibilidades de ganar. Tenemos que contraponer modelos y explicar cosas como que Qatar es una dictadura islámica”, decía en otro.
Pero Joan Laporta es la contradicción personificada. Y es que, a la vez que criticaba duramente a Qatar como argumento de campaña para intentar ganar las elecciones del Barça, su despacho profesional, a través de una sociedad que administra su hermano Xavier, estaba haciendo provechosos negocios con esta “dictadura islámica” del Golfo Pérsico y con las autoridades de Arabia Saudí, que no es que sean unos “demócratas de toda la vida”, precisamente.
La existencia de estos negocios del despacho profesional de Joan Laporta con Qatar y Arabia Saudí se ha podido conocer gracias a una sentencia de la sección n. 17 de la Audiencia de Barcelona del año 2019, a la cual ha tenido acceso EL TRIANGLE. En esta sentencia, el tribunal daba la razón a la sociedad Capital Planet SL, que tiene a Xavier Laporta como administrador, en su reclamación de comisiones de intermediación a la constructora Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) por unas obras adjudicadas en Qatar y Arabia Saudí.
En concreto, Capital Planet SL reclamaba a FCC una cantidad de 1.096.042 euros, además de intereses de demora por 711.828 euros más. Se trata de las comisiones de intermediación por la adjudicación del proyecto Barzan Camp, en Qatar, y de las obras del metro de Riad, la capital de Arabia Saudí. En su sentencia, la Audiencia de Barcelona redujo los intereses de demora reclamados por el despacho de Laporta a solo 48.886 euros.
Así pues, Joan Laporta “apuñalaba” con una mano a Sandro Rosell i Josep Maria Bartomeu por aceptar el patrocinio catarí en el Barça, que fue una importante fuente de ingresos para el club. Y, a la vez, paraba la otra mano, a través de una sociedad de su hermano, para cobrar comisiones de obras en Qatar y en Arabia Saudí.
Consta que Joan Laporta viajó en cuatro ocasiones a Qatar en 2017 y otra en 2014. Su hermano Xavier también voló unas veinte veces a esta “dictadura islámica” entre los años 2012 y 2017, en viajes de negocios.
