El polémico encarcelamiento del rapero Hasél ha desencadenado una tormenta en la política española y, de paso, en parte de la catalana. Y en medio de toda la batalla, se han visto atrapados los comunes y Podemos. La defensa del indulto al rapero y de la libertad de expresión que han hecho el vicepresidente segundo del gobierno español, Pablo Iglesias, y los cargos de los partidos de su espacio han hecho que en Madrid los hayan acusado de animar la violencia de calle y de justificar los disturbios de las protestas.
En cambio, entre los manifestantes de las concentraciones desencadenadas a raíz del encarcelamiento de Hasél –especialmente los de Cataluña–, los comunes y Podemos eran tildados de colaboracionistas de un régimen que ven opresor, porque forman parte del Gobierno español y porque consideran que no han hecho nada para cambiar las leyes y el sistema que ha acabado con el rapero en la prisión. Estos posicionamientos han hecho que desde la dirección de los comunes hayan pedido a Podemos y a Iglesias más compromiso en la defensa de la libertad de expresión, pero a Madrid han preferido poner el freno por no ser más tiempo en el centro de la polémica política.
