El Observatorio de la Soledat d’Amics de la Gent Gran, la primera plataforma de intercambio de conocimiento en torno a la soledad no deseada, ha hecho público un informe con unos datos demoledores, y que invitan a la reflexión. Partiendo de la premisa: ¿Cómo se han sentido las personas mayores que sufren soledad no deseada durante el confinamiento? Los datos no dejan lugar a dudas: más solas, más vulnerables y más discriminadas.
El 41% de las personas mayores encuestadas manifiestan que se sienten más solas, es decir, ha aumentado su sensación de soledad no deseada durante esta pandemia de la covid-19, aunque el 49% aseguró que su situación no había cambiado mucho porque ya hacía mucho tiempo que vivían en soledad.
El informe presentado por el Observatorio de la Soledad profundiza sobre los aspectos del día a día de las personas mayores, durante estos meses de la pandemia, y pone de manifiesto que ha habido un aumento considerable de la llamada soledad no deseada, por tres factores fundamentales: ausencia o limitación de los contactos sociales, angustia y tristeza por la situación propia de la covid-19 y el aislamiento físico, que ha aumentado el sentimiento de soledad. Estos factores han provocado que en el 59% de la gente mayor se sienta más vulnerable.
En este sentido, el informe del Observatorio de la Soledad recoge que los mayores opinan que se sienten discriminados con una sensación profunda de abandono. Se sienten invisibles para la sociedad.
El miedo a salir a la calle, por un posible contagio, la necesidad de establecer redes de compañía y una importante brecha digital, que aún los aísla más, ha aumentado tanto la sensación como la misma soledad. En palabras de la coordinadora del Observatorio, Elisa Sala Mozos: «Hay que incluir la acción comunitaria para prevenir el aislamiento social».
