Para Víctor Font, lo que queda de campaña electoral en el Barça se le ha puesto cuesta arriba como consecuencia de la cantidad de errores y de la línea errática y zigzagueante de su discurso. Tanto es así que sus propias encuestas están dando un resultado cada vez peor, por más vueltas que les da y por más órdenes que le dé a su equipo de demoscopia de buscar el modo de presentarlas en una forma positiva.
El crecimiento de Toni Freixa lo está acabando de hundir, motivo por el cual algunos de sus activos empiezan a desentenderse y, con suerte, buscar acomodo en otra candidatura gemela como la de Joan Laporta, basada en el negocio y el clientelismo. De hecho, ya casi no se cabe en la candidatura de Laporta donde se prometen cargos y privilegios a todo el que pasa por ahí.
De momento, colaboradores menores están dejando de prestarle su imagen y apoyo y alguno de sus ‘fichajes’ empiezan a dudar aún más cuando se acercan a la sede de la candidatura y perciben ese ambiente derrotista y de desconfianza.
El debate con Toni Freixa en Barça TV el miércoles pasado fue esclarecedor de esta falta de repunte que trata de maquillar filtrando entre la prensa colaboracionista una encuesta en la que no se contemplaba la presencia de un tercer candidato. Es decir, de una encuesta en la que no se preguntaba por las opciones de ese tercer aspirante y sólo por sus expectativas de ser votado y por las de Laporta.
En plena huida hacia adelante, envuelta en los rumores que le sitúan en el marco de un acuerdo con Laporta para acabar teniendo una vicepresidencia si gana las elecciones, la estrategia de Font pasa por prometerlo todo y acercar su programa al de Toni Freixa, como si su principal misión fuera sacarle votos para facilitar el triunfo de Laporta. No se descarta, al margen de la desafección pública de Xavi Hernández y de Jordi Cruyff, nuevas y destacadas deserciones en sus filas.
