Después de cuatro días de protestas por el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél repartidas por todo el país, hoy ha sido el primer día en que ha habido una llamada multitudinaria. El escenario del encuentro ha sido la plaza Universitat de Barcelona.
La Guardia Urbana cifra la afluencia en 6.000 personas. Los Mossos han dispuesto más antidisturbios que los días previos y se han preparado con recursos como la tanqueta de agua para posibles disturbios graves.
En las cercanías de la plaza Universidad, como ya es habitual, los antidisturbios de la Brigada Móvil (BRIMO) de los Mossos han establecido controles para registrar las pertenencias de la gente que se acercaba. Además, se han cerrado algunos accesos al metro de Universidad. Algunas tiendas y sucursales bancarias de la zona han tapado con madera los escaparates de vidrio para protegerlos de potenciales ataques.
El Ayuntamiento de Barcelona ha retirado contenedores, a petición de los Mossos, para evitar que sean calcinados o usados como barricadas. Desde el martes se han retirado 544 contenedores en toda la ciudad, según fuentes municipales.
Poco antes de las 20 h, la masa de asistentes ha comenzado a moverse hacia plaza Cataluña a través de la ronda. Un grupo de jóvenes, los más excitados, han sido los primeros en romper la concentración de Universidad y han protagonizado las primeras persecuciones a los vehículos de la Guardia Urbana y los Mossos.
Rápidamente, los mismos han llegado a la Jefatura Superior de la Policía Nacional. Han hecho lanzamientos de botellas de vidrio y los Mossos han respondido avanzando líneas con los antidisturbios hasta hacerlos retroceder hacia Urquinaona.
