Trescientas personas se han manifestado en Barcelona en la tercera noche de protestas contra la detención del rapero Pablo Hasél. Una protesta con una afluencia menor de manifestantes, que contrasta con una fuerte presencia policial.
Los manifestantes se concentraron en la plaza Tetuán para dirigirse después hacia la Consejería de Interior, donde se han encontrado con una línea policial de los Mossos, después de que las protestas de los últimos dos días acabaran con disturbios y quema de contenedores.
Algunos manifestantes lanzaron piedras contra los policías en el cruce entre el Paseo de Sant Jonn y Consell de Cent, ante Interior, y también se han formado algunas barricadas.
La concentración de este jueves precede la jornada de huelga de estudiantes convocada por el Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes para este viernes, que incluye una manifestación a las doce del mediodía.
Como en las anteriores noches, las protestas se ha reproducido en diferentes ciudades españolas. Especialmente concurrida y violenta ha sido la manifestación en Valencia.
Por otra parte, el sindicato de Mossos SAP-Fepol ha advertido este jueves por la tarde que algunos agentes están pensando «plantarse» en el trabajo ante los últimos disturbios. El sindicato critica la supuesta falta de planificación de los mandos, que atribuye a posibles presiones políticas, y a la «criminalización» del cuerpo. Además, pide que se puedan utilizar con toda la seguridad jurídica las herramientas policiales que permiten alejar y dispersar a los alborotadores en la calle.
El consejero de Interior, Miquel Sàmper, ha pedido este jueves una revisión «urgente» del modelo de orden público de Cataluña en sede parlamentaria. Sàmper, que se ha ofrecido a responder las preguntas que sean necesarias en el marco de la Diputación Permanente, ha reconocido que «no se puede permitir» que una manifestación del siglo XXI acabe con una persona perdiendo un ojo.
