TONI FREIXA ENCUENTRA EL PUNTO DÉBIL DE LAPORTA

Su llamada al respeto y a la lealtad institucional provoca que el ex presidente rebaje su ira contra Carles Tusquets

La campaña entra en una nueva dimensión después de que Toni Freixa arremetiera fuertemente contra Joan Laporta en réplica a su amenazadora carta dirigida al presidente de la Comisión Gestora, Carles Tusquets. Fue un ataque medido, de tono elevado y con el objetivo de empezar a desgastar la ventaja adquirida por Laporta con una estrategia de fastos, luces y golpes de efecto que probablemente le hubieran proclamado presidente el pasado domingo, en el caso de que se hubieran celebrado las elecciones.

Ahora el panorama empieza a cambiar. Laporta, según sus propios sondeos y sensaciones, se ha estancado y empieza a bajar respecto a las grandes expectativas de hace apenas dos semanas. El tiempo destapa que detrás de la marca Laporta no hay más que una campaña artificial para tapar sobre todo el lado más oscuro del ex presidente, ese que no hay lona que tape. Tal y como se produjeron los acontecimientos dio la sensación de que Toni Freixa ha encontrado el punto más vulnerable de Laporta, que no es otro que su propia ineptitud para la gestión.

En este conflicto entre Tusquets y Laporta, la carta primera del ex presidente fue interpretada por el candidato Toni Freixa como un claro indicio de nerviosismo y, como denunció, de una actitud inapropiada desde el punto de vista del comportamiento de un candidato a la presidencia del FC Barcelona que es llamado por la Gestora a encontrar, dada la especial situación, un cierto consenso y alineamiento en cuestiones de interés general.

Claramente, la intención de Tusquets fue la de aprovechar que los tres candidatos representan sin ninguna duda la voluntad de los socios, pues lo son gracias a un proceso de firmas que legitiman su condición, para compartir con ellos la situación real del club y, antes de finalizar el cierre del mercado de invierno, trasladar la petición del cuadro técnico del fichaje de Eric García.

Freixa propuso levantar acta de esas reuniones para evitar malentendidos y realizar un inusual ejercicio de transparencia, sugerencia a la que Joan Laporta se negó en redondo argumentando que él sólo estaba allí para escuchar y que, literalmente, no quería saber nada de las decisiones ni de los problemas del club, fueran los que fueran. Ni le interesan ni manifestó el menor interés en dar su opinión, más allá de insistir en que las elecciones ya se debían haber celebrado y que Tusquets es un ‘okupa’ al frente del club al que es posible amenazar y amedrentar mediante una carta con tono de burofax y previa a la querella.

Tusquets le respondió calificando de ‘amenazas’ el contenido de la carta y le tildó de ignorante sobre los estatutos del club y el papel de la Gestora y de la Junta Electoral. 

Ante esta situación, Toni Freixa exigió respeto por los órganos del club y lealtad institucional por parte no sólo de los candidatos, también del entorno y de la prensa. La legitimidad de la Comisión Gestora, afirmó, está fuera de toda duda, así como sus funciones y atribuciones, que son claras y suficientes para hacer efectivo el fichaje de Eric Garcia, que puede venir gratis a partir del día 1 de julio. Freixa pidió a Tusquets que fuera valiente y dejase atado el fichaje con impacto cero en el balance del club.

La reacción de Joan Laporta, impuesta por su equipo de campaña que quiere evitar a toda costa que el ‘monstruo’ salga de su jaula, fue la de enviar una carta en la que rebajaba el tono hacia el presidente de la Gestora. La guerra institucional no le conviene porque deja ver el verdadero Laporta, el agitador ingobernable pero también incapaz de anteponer sus intereses a los del FC Barcelona. Algo ha cambiado en el panorama electoral.

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