El independentismo lo fía todo al miedo de sus votantes a los socialistas

El caos en la gestión de la pandemia, la difícil situación sanitaria y económica de Cataluña, el intento ridículo de aplazar las elecciones al 30 de mayo y la bofetada judicial posterior, y los reproches y las acusaciones mutuas continuas entre los dos socios independentistas, han dejado a los dos partidos del gobierno catalán en una situación crítica para afrontar las elecciones.

Además, el PSC y su cambio de candidato han hecho tambalear el tablero político, ya que las encuestas sitúan a los socialistas en posiciones muy favorables para ganar el 14-F. Todo ello ha hecho estallar las alarmas en las salas de máquinas de JxCat y de ERC, sobre todo. Ven peligrar el gobierno y el liderazgo del país. Si la duda hace unos meses era si ERC gobernaría sola, con JxCat o con los comunes, ahora el dilema pasa por ver si el independentismo tendrá presencia en el proximo gobierno y podrá mantener la presidencia de la Generalitat.

Con este panorama, sin embargo, los partidos parece que no optan por modificar sus estrategias ni la manera de arremeter contra el socio, sino que empiezan a fiar todo a la movilización del votante independentista por miedo a que los socialistas pasen por delante de JxCat y també de Esquerra.

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