A las puertas del arranque de la campaña electoral, el Govern ha anunciado un plan de ayudas directas de 618 millones para los trabajadores con salarios más bajos y pequeñas empresas para intentar paliar los estragos económicos de la pandemia.
Por un lado, aquellos empleados en situación de ERTE con un sueldo por debajo del mínimo de referencia en Cataluña tendrán derecho a recibir 200 euros mensuales complementarios durante el primer trimestre del año. Y, por otro, los autónomos con menos ingresos podrán recibir durante este periodo 2.000 euros más en las mismas condiciones que en diciembre. Las empresas de menos de 50 trabajadores con caída de la facturación también podrán recibir 2.000 euros por cada trabajador en situación de ERTE si no hacen despidos.
Estas son las principales características del plan de choque anunciado por el vicepresidente del Govern con funciones de presidente, Pere Aragonés; el conseller de Empresa, Ramon Tremosa; y el de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias, Chakir el Homrani.
Aragonés, adelantándose a posibles críticas de electoralismo, argumentó que si se activa ahora y no antes es porque el gobierno español «no ha asumido la responsabilidad» que le corresponde y los pagos de los ERTE por parte del Estado «no están funcionando», con demoras de más de tres meses.
Antes de que se hiciera público el plan, el presidente de Fomento del Trabajo, Josep Sánchez Llibre, avanzaba en la Ser que las ayudas son insuficientes, que lo que hay son planes de choque como los hechos en Europa, y cifraba el importe necesario en 50 mil millones de euros.
