No sólo los números de la economía del Barça son para salir corriendo a la vista de la liquidación aprobada provisionalmente por la Junta de Josep Maria Bartomeu meses atrás, la tesorería y la gestión financiera interna sugieren que el club, desde el punto de vista de su posible recuperación, se encuentra en mínimos y urgencias ciertamente históricas.
Esta fue la conclusión a la que llegaron los mismos candidatos a la presidencia del FC Barcelona en la reunión celebrada este miércoles por la tarde cuando el presidente Carles Tusquets pidió la presencia de Pancho Schroder, el responsable financiero del club, para exponerles la realidad de la situación.
La cruda realidad les dejó helados porque la deuda se ha disparado y el club no puede hacer frente a los pagos esenciales. El plan de tesorería se ha convertido en un cuento chino, una quimera irrealizable ni a corto ni a medio ni a largo plazo.
La caída de los ingresos se ha pretendido compensar con una estrategia consistente en diferir una parte de los salarios, que no rebajar, aunque con una carga de intereses que a la larga convertirán este lastre en una deuda aún más pesada. Una medida insuficiente que está obligando a la adopción de medidas crediticias de extrema urgencia y, cuando esa puerta se cierre, al adelanto de ingresos. Es decir, a empezar a gastar ingresos previstos para el próximo ejercicio.
El panorama, pues, es mucho peor de lo que se pueda pensar, más crítico y frágil, lo que por supuesto aumenta el riesgo de que cualquiera de los probables candidatos adopte modelos de capitalización que el FC Barcelona no pueda ser capaz de devolver. En este caso, el club sería fácilmente presa de cualquier empresa o fondo de inversión que pudiera hacerse con activos del club y, en la práctica, con el control del club, aunque continuara contando con una estructura social como la actual.
Es bastante claro que la posibilidad de emitir bonos o de caer en la trampa del Barça Corporate, teniendo en cuenta que ambas soluciones exponen al club a devolver una deuda inalcanzable o activar una sociedad anónima parcial, poniendo en juego parte de las áreas de negocio del club, son ahora la antesala de un cambio histórico del modelo de club sostenido y defendido durante 121 años de historia.
Resistir hasta el final de la pandemia es ahora el primer gran objetivo del club, imposible de asegurar según el sentido del voto.