Las cartas comienzan a estar sobre la mesa cada vez con mayor claridad. Dos precandidatos en concreto han sido apoyados por personas que, hasta ahora, se han estado ocultando, pero que se sabía que de una manera u otra estaban detrás alentando y guiando sus pasos.
Como no podía ser de otra manera, el jefe de Mediapro, Jaume Roures, ya se ha quitado la máscara para afirmar que Joan Laporta es el presidente ideal, el más preparado y el único capaz de convencer a Leo Messi. Le ha faltado tiempo para sumarse a la onda de laportismo que viene.
Jaume Roures se frota las manos pensando que pueden volver los tiempos que pudo comprar y renovar el contrato de televisión a su favor. Recuerda especialmente con afecto cuando, a dos días de las elecciones de 2010, Joan Laporta le amplió el contrato un año más, infringiendo la normativa de la Comisión Nacional de la Competencia y dejando un rastro de una multa de varios millones de euros que le tocó pagar al FC Barcelona. Esto y el contrato de producción de Barça TV que supuso una fuente incontenible de ingresos para Mediapro, un enorme gasto para el FC Barcelona y un contubernio mediático que acabó con Vicent Sanchis, Eduard Pujol y Salvador Sostres protagonizando un bochornoso espectáculo en el canal barcelonista.
No hay duda de que TV3, descaradamente, contribuye a la mayor gloria y difusión del candidato Laporta y a una menor y muy limitada exposición del resto de los precandidatos.
Por otra parte, Ferran Soriano, ideólogo del vaciado financiero del Barça de Laporta mientras caminaron juntos y después al frente del final de Spanair, ha salido a apoyar a su discípulo, Víctor Font, de quien ha dicho que no conoce a una persona de mayor talento y capacidad de trabajo.
No sería precisamente el más hábil para cerrar un acuerdo con Xavi Hernández y Jordi Cruyff después de más de seis años preparando la precandidatura sin conseguirlo.
En definitiva, discípulos de un entorno barcelonista de dudosa pertenencia y representatividad de lo que es verdaderamente el club.
