Illa apuesta por una Cataluña tolerante, abierta, sin bandos, que deje atrás una década perdida

El candidato socialista agradece el apoyo de Miquel Iceta y asegura que puede "mirar a todo el mundo a los ojos", en alusión a la frase de Oriol Junqueras donde afirmaba todo lo contrario

El candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, Salvador Illa, ha afirmado este domingo que quiere que Catalunya recupere la apertura, la tolerancia y el éxito, y ha admitido que le entristece que «se nos vea divididos y distraídos».

En el primer acto de precampaña, en la sede socialista de Pallars, después de que el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, le cediera el pasado miércoles encabezar la candidatura socialista, Illa se ha preguntado «¿cuándo dejamos de hablarnos y de escucharnos?» y «¿cuándo decidimos crear un nosotros y un ellos?», y ha lamentado que en Catalunya haya una especie de «exilio interior doloroso, autoimpuesto» con el que nos condenamos entre unos y otros. «No hay nada peor que sentirte exiliado en tu propio país, y en Catalunya comenzaron el reparto de etiquetas para definir quién era poco catalán, muy catalán o el catalán de verdad. Incluso, alguien se atrevió a decir a algunos de nosotros que no pertenecíamos a esta Catalunya, que no teníamos cabida en nuestra tierra», ha añadido.

Illa ha defendido, en un discurso en catalán y castellano, una «Catalunya de diferentes, pero no excluyentes» y ha señalado que la mitad de Catalunya necesita la otra mitad, aunque piense y vote diferente.

El también ministro de Sanidad ha recordado que en Catalunya «han ido apareciendo las trincheras y hemos ido a parar a un callejón sin salida» donde «cada bando ha abrazado sus ideales impolutos, intocables e innegociables». Illa ha advertido que «el precio es una Catalunya estancada, con una parálisis política, económica y social» y ha reclamado «salir de las cómodas trincheras, arremangarse y ser valiente». «Se ha confundido la valentía con la radicalidad y se han otorgado medallas de héroes y valientes a quienes han defendido de manera más intransigente las ideas más radicales y, por el contrario, se ha señalado públicamente de traidor o traidora aquellos y aquellas que se han atrevido a decir que es necesario que hablemos entre catalanes «, ha lamentado.

El candidato del PSC también ha aprovechado para agradecer el apoyo de Miquel Iceta, de quien ha dicho que ha sostenido el partido en los momentos más difíciles y que tiene la mirada limpia: «Esta es la mayor dignidad para un político y puedes, Miquel, mirar a todo el mundo a los ojos «, en alusión a una frase habitual del presidente de ERC, Oriol Junqueras, y de otros líderes independentistas presos.

Illa ha subrayado que no pedirá «credenciales a nadie» y ha reivindicado que se siente catalán, español y europeo, pero ha reclamado que Catalunya sea un lugar donde «no seas identificado» y donde no tengas la obligación de posicionarte. En este sentido, ha enfatizado que la pandemia ha puesto de manifiesto el peligro de que las emociones se impongan sobre las razones, la necesidad de la coordinación en un mundo global y la importancia de la solidaridad. También ha rechazado los nacionalismos excluyentes porque «es absurdo desear una sociedad cerrada en el siglo XXI y no acepto el egoísmo porque creo firmemente en la solidaridad».

El presidenciable del PSC ha dicho también que formará un gobierno «progresista, solidario y dialogante» si gana los comicios del 14-F y ha subrayado la importancia de tener un presidente socialista en «La Moncloa y otro en la Generalitat». De Pedro Sánchez, ha afirmado que «tiene un compromiso inequívoco con Catalunya» y que éste se refleja también en los presupuestos estatales aprobados.

El dirigente socialista ha elogiado la labor de los alcaldes y concejales socialistas: «Sé que habéis vivido momentos de mucha tensión y hostilidad, pero nunca habéis dejado de hacer lo que tiene que hacer un buen político: perseguir el bien común». Asimismo, ha reivindicado el legado de los expresidentes Maragall y Montilla, la labor feminista y pedagógica de personas como Marta Marta y Dolors Renau y la ley de sanidad pública del exministro Ernest Lluch, al que ha calificado como el «mejor ministro de Sanidad de la historia».

El candidato socialista ha acabado el acto diciendo que «dejaremos atrás esta década perdida, este viaje a ninguna parte» y afianzando su compromiso por una Catalunya «sin bandos ni bloques» después del 14 de febrero. «Vamos a entrar en un cambio de rasante», ha augurado.

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