MUCHO REGALO Y SÓLO UNA ACCIÓN SOLIDARIA

Tal es la fiebre por una firma de apoyo a los candidatos a la presidencia del FC Barcelona que se producen situaciones mediáticas y logísticas no solo confusas sino de absoluto desprestigio. Por ejemplo, un medio digital, Culemania, recoge un comunicado de la candidatura de Toni Freixa en el que explica lo siguiente: “Fidels al Barça, la precandidatura encabezada por Toni Freixa, entregará un kilo de arroz por cada firma que apoye su proyecto. La recaudación total se distribuirá entre Cruz Roja, Banc dels Aliments y Cáritas. El fin de esta propuesta, según explica el comunicado, no es otro que «favorecer, estimular y agradecer la recogida de firmas». Por lo tanto, en caso de que el abogado catalán supere el corte, se donarían como mínimo 2.257 kilos de arroz a las personas más necesitadas. El precandidato señaló que «somos plenamente conscientes de la realidad que vive el país y nuestro club. El Barça puede dar ejemplo y colaborar con las familias que lo están pasando mal a través de un gesto tan sencillo como darnos su firma. Nuestra candidatura incluye la redirección de algunas colaboraciones internacionales de la Fundació en favor de ayudas directas en Cataluña para combatir la escasez de alimentos».

Hasta aquí la noticia. El problema fue el titular de la información que decía así: “Freixa y Rousaud también darán obsequios a cambio de firmas”, añadiendo que Emili Rousaud ha decidido recompensar cada firma con un balón del Barça y un libro de Minguella sobre la historia de la trastienda del club. Pero, claro, no es lo mismo que Toni Freixa agradezca socialmente cada firma con una donación de un kilo de arroz solidario a una organización asistencial que, como Rousaud, regale directamente al firmante un objeto material. Se podría afirmar incluso que son planteamientos antagónicos, uno resalta los valores del club y otro es puramente mercantilista.

Rousaud se une así a Laporta (alcohol), Farré, (pizza y tattoos) y Vilajoana (varios) en el reparto de ‘regalos’ a cambio de firmas, una práctica expresamente prohibida por la reglamentación electoral. Y por último, Laporta convierte en punto de recogida la discoteca Luz de Gas, donde había pasado los mejores años de su vida según rezan las crónicas y los documentos gráficos. ¿Se imaginan qué tipo de regalos se darán allí a cambio de una firma? Desde luego no tendrá carácter solidario.

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