Las posibilidades de convencer a los socios del FC Barcelona con nuevas propuestas pasan a veces por situaciones complejas e incómodas como una de Joan Laporta que ya está avisando de su propósito de emitir bonos. Una solución que podría servir bien para tapar agujeros como la deuda del club a corto plazo o bien para realizar el Espai Barça, opciones en todo caso, tal y como lo planea Laporta, pasa porque sean los socios del FC Barcelona en buena parte los que financien estos bonos.
Los estatutos del FC Barcelona prevén, efectivamente, esta vía de generación de recursos que, desde luego, como todas estas soluciones de estar por casa, han de ser financiadas por los socios en buena parte y al final del camino ser los posibles protagonistas de una renuncia a la devolución de esos bonos.
No ha sido una sugerencia demasiado bien acogida que, además, no deja de ser una especie de derrama encubierta, una forma de cargar en los bolsillos de los socios el peso de una deuda y de una presión financiera muy complicada, especialmente si los hombres pensantes de la candidatura no tienen en mente otras soluciones más imaginativas y eficaces.
Cuantas veces lo ha expuesto en sesiones con peñas Laporta se ha topado con el recelo y la incomodidad de los socios. No obstante, sigue manteniendo los bonos como el camino a seguir. Lo que Laporta, como Victor Font, defienden es que este tipo de opciones de capitalización son, a corto plazo, buenas soluciones, aunque a la larga provocan una cierta dependencia si llegado el momento de recuperar el control de la operación no hay liquidez. El riesgo de que finalmente alguien ajeno al club pueda hacerse con la deuda puede abrir la puerta a que una parte del club sea controlada por capital no social e iniciar la vía a la transformación en Sociedad Anónima. Es la primera vez que en una campaña electoral del Barça se empieza a hablar con cierta normalidad sobre cómo capitalizar activos del club.
La despedida de Josep Maria Bartomeu, proponiendo el Barça Corporate como solución para refinanciar el club rompió un tabú que otras candidaturas no están dispuestas a admitir bajo ningún concepto. Podría ser el principio del fin del FC Barcelona como entidad puramente social y deportiva sin ánimo de lucro.
